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“Mi hijo, el doctor”, una ilusión: por qué la educación ya no garantiza el ascenso social en Argentina

La educación, que alguna vez fue el principal vehículo de ascenso social, ya no cumple ese rol en el país, según un informe del laboratorio Pensar Lab, dependiente de la Fundación Pensar.

El paper señala la idea de que Argentina se edificó “sobre el ideal de ser una nación de clase media”, en donde se construiría un país con una “identidad compartida, cohesión social y movilidad ascendente”.

El documento de Pensar Lab, en colaboración con Casa Tres, indica que la pirámide socioeconómica se consolidó en extremos y se perdió permeabilidad.

Según un estudio de Moguer, el 93% del segmento ABC1 (clase alta) permanece inmutable, mientras que el 91% del estrato D2 (clase baja pobre) se mantiene en situación crónica.

Los segmentos van desde la clase alta hasta la baja pobre, y en el medio se ubica la clase media alta (C2), la baja (C3) y la clase baja superior (D1).

Según pudo saber Noticias Argentinas, el paper asegura que la clase media se transformó en el sector “más expuesto a los vaivenes de la economía”.

A su vez, se dilata la idea de que la educación fue el principal vehículo de ascenso social. El documento sostiene que el 70% de quienes pertenecen a los sectores bajos alcanzaron un nivel educativo superior al de sus padres, pero no lograron mejorar su posición socioeconómica.

Y hace alusión a la frase “mi hijo, el doctor”: “El viejo ideal quedó reducido a una ilusión”.

A su vez, Moguer destaca que Argentina pasó de ser “un país con aspiración de clase media y códigos comunes” a convertirse en “tres Argentinas distintas y desconectadas entre sí”, entre las que ennumera:

* una clase alta “orientada al futuro, con capacidad de planificación y progreso sostenido”;
* una clase baja “centrada en la supervivencia cotidiana, que avanza en pequeños pasos y con horizontes de muy corto plazo”;
* y una clase media “que oscila entre el temor al futuro y la incertidumbre, que avanza y retrocede sin poder proyectar más allá del presente inmediato”.

“La clase media argentina, símbolo histórico de identidad nacional, se fue diluyendo. Cada vez menos personas se reconocen dentro de ella. La pérdida de poder adquisitivo se volvió el eje de la vida”, critica Pensar Lab.

Y agrega un dato: más de la mitad (54%) afirma que su capacidad de consumo es hoy “mucho peor” que hace un año. En ese sentido, se explica que 6 de cada 10 argentinos de clase media creen que sutrabajo les permite subsistir pero no crecer económicamente; y 4 de cada 10 de clase media alcanzaron un mayor nivel educativo que sus padres pero no perciben ascenso social.

“Mientras los jubilados se deslizan fuera de la clase media, los adultos luchan por sostenerse y los jóvenes sienten que nunca podrán alcanzarla, la falta de calidad y terminalidad educativa, la ausencia de crédito, el estancamiento en el empleo y el avance de la informalidad se convirtieron en nuevos muros que bloquean la movilidad social y profundizan la fragmentación del país”.

Y sobre el final, concluye: “Los argentinos estamos esperando la carroza: que el mito fundante de nuestra nación vuelva a ser realidad – la educación y el trabajo como pilares de la movilidad social ascendente”.

Pensar Lab es el laboratorio de ideas y análisis de la Fundación Pensar. Se posiciona como “un laboratorio de información seria y confiable” en donde se analizan los temas “más relevantes para la sociedad argentina”, con un “enfoque actual y de calidad”.