Entre sueldos estancados y alquileres la situación habitacional sigue siendo un problema en Argentina. Lo positivo es que para llegar a comprar una vivienda volvió la posibilidad de sacar un crédito hipotecario, pero, no todas las personas y familias están en condiciones de hacerlo. Aunque los préstamos UVA regresaron al mercado a fines del año pasado, el principal obstáculo para quienes quieren acceder a ellos sigue siendo poder demostrar que sus ingresos mensuales son suficientes para pagar la cuota, en un contexto donde los bancos ajustaron sus condiciones y el costo del dinero subió.
En los últimos meses, el dólar y las tasas de interés se incrementaron, encareciendo los inmuebles medidos en pesos. Tal situación hizo que el capital en pesos de los argentinos merme considerablemente e impacte en su capacidad de compra.
Un componente adicional es que, las entidades bancarias ajustaron sus criterios de otorgamiento crediticio. Así, algunos bancos fijaron una Tasa Nominal Anual (TNA) del 17%, como la más alta del mercado. En tal sentido, si bien la suba en el Banco Nación está lejos de tal porcentaje, escaló al 6%. Sigue siendo la más accesible, pero, a la vez endureció su Scoring crediticio, haciéndolo más rigurosa su evaluación de solvencia y comportamiento financiero de la o las personas que pretenden sacar un crédito.
Otro dato no menor es que la cuota inicial no puede superar el 25% de los ingresos de la persona o el grupo familiar, elevando así más el requisito de base.
También, la medida de ajustar el Scoring tiene que ver con una forma de bajar las solicitudes de créditos sin tener que modificar la tasa. De esta forma, ganan terreno quienes cuentan con empleo formal y positivo historial crediticio, quedando en desventaja los trabajadores informales o monotributistas de categorías bajas, haciendo que se desvanezca el sueño de la casa propia.






