Buenos Aires, 15 noviembre (NA) — Este 15 de noviembre se cumplen 33 años desde el brutal asesinato perpetrado por el odontólogo Ricardo Barreda en 1992, cuando mató a escopetazos a su esposa, sus dos hijas y su suegra en su casa de La Plata, más de tres décadas después, sus bienes pierden valor, pero los anteojos del asesino estuvieron a la venta por un costo millonario.
Según supo la Agencia Noticias Argentinas, la Justicia civil platense dictaminó hace pocas semanas el “abandono” formal de los bienes muebles de la casona donde ocurrieron los crímenes, incluida la vivienda de la calle 48 entre 11 y 12.
El fallo señaló que los herederos no reclamaron diversos objetos, entre ellos los dos autos que permanecían allí, un Ford Falcon y un DKW, ya expropiados por el Ministerio de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual bonaerense.
Por su parte, los famosos lentes fueron puestos a la venta con un precio de 25 millones de pesos, en manos de una amiga que lo visitaba en el geriátrico donde vivió sus últimos años, explicó que decidió venderlos porque necesitaba dinero.
El crimen que conmocionó al país por su violencia extrema dejan en la memoria colectiva los “motivos” que el mismo criminal afirmó, así que como sostuvo en el juicio que sufría “humillaciones y destrato” por parte de las mujeres de su familia, a quienes llamaban “Conchita”.
Barreda fue condenado a prisión perpetua en 1995, logró el beneficio de continuar con la condena en forma domiciliaria en 2008 por ser mayor de 70 años, y finalmente su pena fue declarada extinguida en 2016. Falleció el 25 de mayo de 2020 a los 83 años, internado en un geriátrico.
Actualmente, la casa donde ocurrió el horror fue objeto de limpieza institucional: además del retiro de vehículos, hay planes polémicos sobre su destino. El abandono legal y físico del lugar parece reflejar lo que muchos consideran una “impunidad simbólica”: aunque Barreda ya no esté, su figura sigue rentable, y sus objetos personales se convierten en reliquias macabras.
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