Buenos Aires, 18 noviembre (NA)— Con la reforma laboral en pleno debate, volvió a escena la tarjeta comedor electrónica, un beneficio social que busca modernizar el mundo del trabajo sin impactar la competitividad. La herramienta, que se presenta como la remake del “Ticket Canasta”, opera con tecnología de seguridad bancaria y garantiza que el aporte se use exclusivamente para cubrir el costo de un almuerzo.
Según supo la Agencia Noticias Argentinas, desde la empresa Edenred, describen la tarjeta de manera contundente: “No reemplaza el sueldo ni forma parte de él: lo protege”.
IMPACTO PROBADO: EQUIDAD Y FORMALIDAD
La herramienta busca democratizar el bienestar, permitiendo que una PyME sin comedor in situ pueda ofrecer el mismo estándar de calidad que una gran empresa.
La consejera Bárbara Granatelli señaló que, para garantizar la equidad, el monto debe ser fijo (o un tope diario) y no un porcentaje del salario, ya que “El almuerzo vale lo mismo para todos”.
El modelo muestra resultados probados en más de 45 países. La evidencia económica indica que por cada euro destinado, la economía recupera entre 1,8 y 2,9 euros. El sistema incentiva la formalidad, ya que solo las empresas registradas pueden otorgarla y solo los comercios que facturan pueden cobrarla.
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