JIUQUAN, 19 noviembre, 2025 (NA/Xinhua) — Un cohete portador Gran Marcha-2C transportando tres nuevos satélites despega desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Jiuquan, en el noroeste de China, otro paso del gigante asiático en la competencia por el espacio.
El vehículo despegó a las 12:01 (hora de Beijing) transportando los satélites Shijian-30A, Shijian-30B y Shijian-30C a las órbitas preestablecidas.
Estos artefactos se utilizarán principalmente para la exploración del entorno espacial y la verificación tecnológica relacionada.
La del miércoles fue la misión de vuelo número 608 de la serie de cohetes portadores Gran Marcha.
Los satélites, lanzados por China en noviembre de 2025, están diseñados para realizar pruebas en órbita y recopilar datos sobre el entorno espacial.
La serie de satélites Shijian (“práctica/experimento” en chino) se centra en el desarrollo y la validación de nuevas tecnologías espaciales.
La familia de cohetes Larga Marcha de China tiene formada la columna vertebral de su programa espacial durante décadas.
La serie Larga Marcha-2 —incluido el 2C utilizado en esta misión— tiene su origen en los primeros misiles balísticos de China.
Los satélites Shijian han llevado a cabo una variedad de misiones, desde plataformas de prueba reutilizables y retornables (como Shijian-19, que regresó a la Tierra con cargas útiles para pruebas biológicas y tecnológicas).
Algunas misiones Shijian buscan desarrollar capacidades de vanguardia: por ejemplo, Shijian-25 (lanzada a principios de este año) tiene como objetivo específico probar tecnologías de reabastecimiento en órbita y de extensión de misión.
Estos experimentos evidencian la ambición de China por prolongar la vida útil de sus satélites y reducir los costos de las futuras operaciones espaciales.
LA ERA DEL NUEVO ESPACIO
La Federación de Vuelos Espaciales Comerciales (CSF), actor clave en la era del “Nuevo Espacio”, donde las entidades privadas lideran la exploración y el desarrollo espacial, afirmó: “China ya no es una seguidora, sino una nación que marca el ritmo en la carrera espacial, superando a Estados Unidos en múltiples ámbitos”.
En concreto, señaló que para la década de 2030, China podría dominar la Luna y la órbita terrestre baja.
Las proyecciones sugieren que Beijing podría superar a Estados Unidos como la principal potencia espacial mundial en un plazo de 5 a 10 años.
En su reciente informe estratégico, *Redshift*, el CSF analizó que el rápido crecimiento de China en el espacio se basa en tres pilares: la inversión sostenida en infraestructura, el dominio en la órbita terrestre baja y los logros en la exploración del espacio profundo.
El título *Redshift* —que hace referencia al fenómeno astronómico por el cual las longitudes de onda de la luz se alargan a medida que las galaxias se alejan— simboliza cómo los avances de China están transformando la carrera espacial. Beijing, que antes era un actor secundario, ahora aspira al primer puesto en tan solo dos décadas.
CENTROS DE LANZAMIENTO
Por ejemplo, en infraestructura, China opera seis centros de lanzamiento simultáneamente y ha asegurado plataformas de lanzamiento en alta mar, lo que ha incrementado rápidamente el número de lanzamientos anuales.
Las empresas privadas de cohetes han crecido hasta superar la docena, con inversiones espaciales comerciales totales que alcanzaron los 11.400 millones de dólares (aproximadamente 16 billones de wones coreanos) entre 2015 y 2024.
Se espera que la estación espacial Tiangong, actualmente operativa en órbita terrestre baja, amplifique su presencia como la única estación espacial estatal después de que la Estación Espacial Internacional (ISS) se retire.
En la exploración del espacio profundo, China ha logrado hitos: Chang’e-4 realizó el primer alunizaje en la cara oculta de la Luna en 2019, y Chang’e-6 recolectó con éxito muestras de suelo de dicha cara el año pasado.
Beijing aspira a un alunizaje tripulado para 2030, la recuperación de muestras de Marte para 2031 y una base lunar para 2035.
El Foro de Ciencia Espacial (CSF) destacó que, mediante su estrategia de la “Ruta de la Seda Espacial” —que integra la fabricación de satélites, lanzamientos, construcción de estaciones terrestres y centros de datos—, China está fortaleciendo sus lazos con naciones de Asia, África y Sudamérica.
Advirtió que la dependencia de préstamos y mantenimiento a largo plazo podría generar dependencia de estos países respecto a los estándares digitales y espaciales chinos.
La CSF valoró positivamente el ritmo de avance simultáneo de China en las eras Apolo, de la EEI y del Nuevo Espacio. Subrayó que Beijing está redefiniendo el orden espacial mundial con una velocidad asombrosa en las misiones lunares, la órbita terrestre baja y las comunicaciones por satélite.
“Si Estados Unidos y sus aliados no responden ahora”, advirtió la CSF, “a principios de la década de 2030, el orden espacial —incluidas la Luna y la órbita terrestre baja— podría estar liderado por China”.






