Buenos Aires, 4 diciembre (NA) — Lazio y Bologna avanzaron a los cuartos de final de la Coppa Italia en una jornada marcada por la falta de brillo, la tensión en los cierres y dos definiciones opuestas: una por oportunismo y otra por insistencia.
Ambos triunfos sellaron un cuadro que ya tiene un cruce confirmado: los dirigidos por Italiano se medirán con el equipo de Sarri en lo que fue una cobertura de Agencia Noticias Argentinas.
Lazio superó por 1 a 0 al Milan en un partido áspero y espeso en el Olímpico, decidido recién a los 79 minutos. El conjunto romano, que buscaba revancha tras la derrota liguera ante los rossoneri, encontró el gol en un córner desde la derecha ejecutado por Nuno Tavares.
De Winter reaccionó tarde en la marca y Mattia Zaccagni apareció solo para definir de cabeza. Fue una acción simple en un duelo sin ritmo, sin filigranas técnicas y con apenas tres ocasiones realmente claras.
El Milan había tenido su gran oportunidad a mitad del segundo tiempo: un pase largo de Ardon Jashari habilitó a Estupiñán, que asistió a Rafael Leao. El portugués remató alto con el arco a disposición y dejó pasar la chance más nítida de su equipo.
En el final, Pulisic exigió a Mandas con un cabezazo que el arquero contuvo. Maignan también sostuvo al conjunto de Allegri con intervenciones de nivel, pero la reacción rossonera fue tardía. La derrota significó el primer traspié en más de tres meses y dejó a los milaneses sin uno de sus objetivos de la temporada.
Bologna, por su parte, necesitó empuje para revertir su cruce ante Parma y quedarse con un 2 a 1 que llegó al borde mismo del tiempo reglamentario. El visitante golpeó primero: Lovik filtró un pase al espacio y Benedyczak definió con precisión ante Ravaglia para el 1-0.
El campeón defensor mostró inseguridad en la salida y volvió a sufrir los mismos errores que arrastraba de los últimos partidos, quedando cerca del 0-2 antes de poder reaccionar.
El empate llegó a los 31 minutos con una jugada nacida de Bernardeschi y finalizada por Rowe, que acertó con un remate cruzado después de un primer tiro al palo. Ese gol reanimó al Bologna, que tomó el control en la segunda mitad y empujó sin descanso.
Italiano llenó el área de variantes ofensivas, sumó a Domínguez, Pobega y luego a Castro, y finalmente apostó a un doble nueve con el ingreso de Immobile. Parma ya no tenía piernas para sostener la presión alta y se replegó cada vez más.
La recompensa llegó a los 44 minutos del complemento: recuperación de Odgaard, desborde de Holm y cabezazo de Santiago Castro para el 2-1 definitivo. Fue un triunfo de insistencia y de carácter que mantiene vivo el sueño de defender el título.
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