Buenos Aires, 9 diciembre (NA) – En medio de una agenda cargada en Buenos Aires por la inminente reforma laboral y el cierre político del año, Javier Milei aterrizó en Oslo para participar de la entrega del Premio Nobel de la Paz a la líder venezolana María Corina Machado, cuya presencia está envuelta en dudas hasta último momento. El Presidente llegó luciendo el ya clásico mameluco de YPF, acompañado por Karina Milei y el canciller Pablo Quirno, y se aloja en el histórico Grand Hotel, el mismo donde se hospedan tradicionalmente los galardonados.
Según supo la Agencia Noticias Argentinas, la delegación llegó a una ciudad con apenas 2 grados de mínima, muy lejos del calor porteño. El propio diputado Damián Arabia publicó en redes una foto del Presidente con su indumentaria de YPF, destacando el gesto como una forma “disruptiva” de promocionar Argentina en un escenario internacional donde también confluyen los presidentes de Ecuador, Paraguay y Panamá.
La visita se da en un contexto geopolítico especial: Milei mantiene un alineamiento explícito con Estados Unidos y con Donald Trump, en sintonía con la postura contra el régimen de Nicolás Maduro. Aun así, fuera de la coyuntura, Oslo recibió al mandatario con su impronta habitual: una capital nórdica moderna, verde, ordenada y atravesada por un fiordo que le da una identidad única.
UNA CIUDAD CON 60% DE NATURALEZA
Oslo es, probablemente, la capital europea donde la naturaleza tiene más presencia cotidiana. El 60% de su superficie está cubierta por bosques, parques y áreas naturales, integrados al tejido urbano sin perder su carácter salvaje. En cuestión de minutos, los habitantes pasan del centro a la inmensa Oslomarka, un bosque donde se esquía en invierno y se hacen caminatas en verano.
Los barrios se combinan con lagos, senderos y parques como Frognerparken, famoso por sus esculturas. Incluso con el clima invernal, la ciudad mantiene una cultura muy fuerte de vida al aire libre: caminar, pedalear y usar los espacios públicos forma parte del día a día.
Para quienes llegan desde ciudades densas como Buenos Aires, Oslo ofrece una sensación extraña y fascinante: una capital que parece mezclarse con un parque nacional.
EL FIORDO, LA PLAYA URBANA Y LAS SAUNAS FLOTANTES
El Fiordo de Oslo es el corazón natural de la ciudad. Desde el centro mismo se accede a ferris, muelles y paseos costeros que conviven con edificios modernos y museos. Justo al lado del Operahuset —uno de los íconos arquitectónicos del país— aparece una playa urbana donde los habitantes se bañan en verano.
La Ópera, con su estructura inclinada que permite caminar sobre el techo, es una de las experiencias más sorprendentes para quienes visitan Oslo por primera vez. Desde allí se ven las famosas saunas flotantes, plataformas calefaccionadas donde los noruegos combinan calor extremo con un salto al agua helada del fiordo. Una tradición local que mezcla bienestar, valentía y humor nórdico.
Postales infaltables del fiordo:
* Sauna + chapuzón helado, la experiencia más noruega de todas.
* Playa urbana frente a la Ópera.
* Barrios costeros llenos de galerías y restaurantes.
* Ferris que funcionan como transporte público.
CULTURA, NOBEL Y AGENDA PRESIDENCIAL
La ciudad está íntimamente vinculada al Premio Nobel de la Paz, que se entrega todos los años en el Ayuntamiento, un edificio monumental frente al mar. Por eso, durante la visita de Milei, los protocolos, las reuniones y las expectativas giran alrededor de esta ceremonia, prevista para el miércoles a las 9 de la mañana (hora argentina).
Sin embargo, la jornada se vio atravesada por la incertidumbre: el Instituto Nobel canceló la conferencia de prensa previa debido a que María Corina Machado permanece clandestina desde 2024, y su presencia en la gala quedó en suspenso. Aun así, la ceremonia sigue en pie y forma parte central del viaje del Presidente.
La agenda incluye también encuentros con el Rey Harald V y el primer ministro Jonas Gahr Støre, momentos clave para la diplomacia argentina en el norte europeo. La delegación regresará inmediatamente después, con un vuelo programado para el miércoles a las 16.
Más allá de la política, Oslo ofrece museos como el Munch —dedicado al autor de El Grito—, el Museo Vikingo y el Centro Nobel, que explica la historia del premio y su impacto global. #AgenciaNA






