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China domina el 70% de las importaciones textiles argentinas

Buenos Aires, 10 diciembre (NA) — China ya representa el 70% del mercado textil importado en Argentina, desplazando la producción nacional y amenazando más de 500.000 empleos en todo el país, en un contexto de desregulación del régimen courier y flexibilización aduanera, de acuerdo a un informe elaborado por la Fundación Pro Tejer.

La avalancha de prendas chinas ingresa sin certificaciones de calidad, sin valores de referencia, sin etiquetas y sin pagar impuestos, generando ventajas imposibles de igualar para cualquier fabricante argentino. Según confirmó la Agencia Noticias Argentinas, este fenómeno pone en riesgo no solo la producción local sino también la red comercial y una cadena de valor que sostiene el empleo textil.

“Sin certificaciones de calidad, sin valores de referencia, sin etiquetas, sin trazabilidad y también sin pagar impuestos, las prendas chinas ingresan con ventajas imposibles de igualar para cualquier fabricante argentino”, advierte el informe de la Fundación Pro Tejer.

EL AVANCE ACELERADO DEL GIGANTE ASIÁTICO

En solo tres años, China pasó de explicar poco más de la mitad de los despachos de importación textil a representar siete de cada diez prendas que ingresan al país. Entre enero y octubre de 2024 y el mismo período de 2025, las importaciones de origen chino crecieron 109%, mientras que el promedio general lo hizo un 89%.

La concentración es aún más marcada en categorías específicas: en tejidos de punto, China explica el 94% del total ingresado al país en 2025; en indumentaria, el 71%; y en confecciones terminadas, el 68%.

Este fenómeno tiene una explicación doble. Por un lado, el desmantelamiento de regulaciones comerciales que funcionaban como mecanismos de protección del comercio leal, todas avaladas por la OMC. Se eliminaron herramientas como la declaración jurada de composición del producto, los valores criterio de importación y los controles sobre etiquetado y talles.

PLATAFORMAS DIGITALES Y ULTRAFAST FASHION

El segundo factor es el uso masivo del régimen de courier y la irrupción de plataformas digitales chinas que operan directamente sobre el consumidor argentino. Shein, AliExpress y Temu ingresan productos por vía aérea sin pagar aranceles y sin controles de calidad, utilizando un esquema pensado para envíos personales y de bajo valor.

A esto se suman los subsidios estatales chinos a los envíos internacionales, a través de programas como ePacket y China Post, que reducen drásticamente los costos logísticos y permiten ofrecer precios finales más bajos que las materias primas utilizadas en la producción nacional.

Este modelo de ultrafast fashion combina escala productiva, digitalización y algoritmos capaces de detectar tendencias en tiempo real. “Pero detrás de esa eficiencia se oculta un funcionamiento basado en prácticas laborales que no cumplen con las reglamentaciones de la OIT, condiciones ambientales laxas y opacidad productiva”, señala el documento.

MIENTRAS ARGENTINA DESREGULA, EL MUNDO REGULA

En Europa, Francia aprobó en junio de 2025 una ley pionera contra la moda ultrarrápida. La norma impone un eco-impuesto por prenda que arrancará en 2026 con 5 euros y llegará a 10 euros en 2030. También obliga a mostrar un eco-score ambiental y prohíbe la publicidad del ultrafast fashion a partir de 2026.

La Comisión Europea discute eliminar la exención de impuestos a los envíos de bajo valor y crear un sistema de vigilancia aduanera específico para productos comprados por plataformas digitales, incluyendo obligaciones de registro fiscal, trazabilidad y certificación de origen.

En Estados Unidos, el gobierno federal eliminó en agosto de 2025 la exención conocida como de minimis, que dejaba ingresar productos de menos de 800 dólares sin aranceles. “A partir de ese momento, todo paquete que ingrese al país debe pagar impuestos, cumplir control aduanero formal y demostrar origen y composición”, establece la normativa.

México siguió un camino similar. Desde agosto 2025 comenzó a gravar con un 33,5% los envíos de plataformas digitales provenientes de países sin acuerdo comercial, como China. Además, obliga a esas empresas a registrarse ante la autoridad fiscal mexicana y presentar domicilio fiscal local.

INICIATIVAS LEGISLATIVAS EN ARGENTINA

En este contexto, el diputado Miguel Ángel Pichetto impulsó recientemente una iniciativa legislativa que propone aplicar un arancel específico, exigir la registración obligatoria e intentar equiparar condiciones tributarias para las compras locales realizadas en plataformas extranjeras.

El objetivo es “restablecer condiciones mínimas de competencia y evitar que estas plataformas operen con ventajas regulatorias extraordinarias que distorsionan el mercado y generan asimetrías competitivas”, según detalla la propuesta.

EL COSTO COLECTIVO DE LO BARATO

A simple vista, la ropa barata parece una buena noticia para el consumidor. Pero esa ventaja individual esconde un costo colectivo mucho más alto: empleo perdido, producción nacional debilitada y menor recaudación fiscal.

Cada paquete que ingresa por courier o desde plataformas digitales extranjeras elude los impuestos y controles que cualquier empresa argentina está obligada a cumplir. Las plataformas venden en Argentina sin tributar en Argentina.

Tampoco el consumidor queda plenamente protegido: recibe productos de dudosa calidad, sin certificaciones, sin trazabilidad, sin garantías sanitarias o ambientales, y sin información sobre origen o proceso productivo.

“Lo que está en juego no es solo el precio de una prenda, sino el futuro productivo de la Argentina y la capacidad de compra de un asalariado actual sin trabajo mañana”, concluye el informe de la Fundación Pro Tejer. #AgenciaNA