Buenos Aires, 10 diciembre (NA)– La rebaja de retenciones que anunció el Gobierno, que se espera que se publique en el Boletín Oficial para entrar en vigencia, tendrá efecto sobre las liquidaciones, la producción y también un costo fiscal superior a los US$ 500 millones, de acuerdo con distintas estimaciones.
El ministro de Economía, Luis Caputo, anunció ayer una baja en las retenciones para el sector agropecuario de entre 1 y 2 puntos porcentuales para la soja, el maíz, el trigo, el girasol, otros cultivos y derivados.
A partir de esta decisión, las alícuotas se reducirán de la siguiente manera:
Soja: de 26% a 24%
Subproductos de soja: de 24,5% a 22,5%
Trigo y cebada: de 9,5% a 7,5%
Maíz y sorgo: de 9,5% a 8,5%
Girasol: de 5,5% a 4,5%
“Damos hoy un nuevo paso en el camino del alivio fiscal para el sector agropecuario, avanzando en la reducción permanente de los derechos de exportación para las cadenas de granos y subproductos”, destacó el ministro.
Antonella Semadeni, economista de Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), dijo a Agencia Noticias Argentinas que la reducción de retenciones “es una medida positiva” que está “en línea con el buen camino que es necesario recorrer”.
Destacó que “es una baja que es permanente, que no tiene puntos excepcionales; por ejemplo, en otras bajas habíamos tenido que había que liquidar las divisas en un plazo determinado de determinada cantidad de días, y eso a veces dificultaba la gestión”.
Consideró que la rebaja “no cambia significativamente la intención de siembra, porque ya estamos a a mediados de diciembre”, pero que al ser permanente “permite previsibilidad y le quita incertidumbre al productor”.
El índice FADA, que mide el peso de los impuestos sobre la renta agrícola, en septiembre había dado alrededor de un 61%. Semadeni proyectó que “con esta baja bajaría un punto y medio, es decir, que no es algo sumamente significativo, pero por supuesto que todo suma”.
“La mejora en precios debería ser de 10 dólares en el caso de la soja, de 2 dólares en el caso del maíz y de 4,5 dólares en el caso del trigo, la tonelada de cada uno de los cultivos”, detalló.
La economista sostuvo que el costo fiscal de la medida “considerando lo que sería la cosecha ya 2025/2026, la cosecha gruesa y lo que queda de trigo, sería un costo fiscal aproximadamente 650 millones de dólares, que es 0,11 por ciento del PBI”.
Cálculos privados coinciden en que la baja de retenciones para los principales productos agroindustriales exportados por Argentina tendrá un costo fiscal superior a los US$500 millones en 2026. La medida tendrá un impacto directo en la recaudación durante el próximo calendario, aunque podría atenuarse por efectos indirectos como el aumento de la base imponible del impuesto a las ganancias, la mayor renta de los productores y una eventual mayor producción.
Desde la Bolsa de Comercio de Rosario precisaron que “la rebaja de alícuotas para los principales granos y derivados se estima tendrá un impacto fiscal directo de US$511 millones en el año 2026”.
De esta manera, la merma dejaría la recaudación por este concepto en un estimado de US$4.809 millones bajo el nuevo esquema, lo que representa una caída del 10% con relación a lo que se proyectaba a recaudar bajo el esquema de alícuotas anterior.
A pesar del menor ingreso previsto, la entidad reveló que “comparando con lo estimado a recaudar para el año 2025, la recaudación proyectada se mantiene prácticamente estable”, ya que durante el periodo actual el monto asciende a US$4.805 millones mientras que en el próximo año se espera que se alcance los US$4.809 millones.
En tanto, el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) estimó que “esta medida implicaría un costo fiscal directo de aproximadamente US$570 millones”.
IARAF planteó efectos indirectos potenciales de mayor recaudación:
Mayor base imponible del impuesto a las ganancias. Los menores derechos de exportación aumentan la base imponible del impuesto a las ganancias y, por ende, su recaudación, en los casos en los que con los derechos vigentes ya se tenía una base imponible positiva.
Mayor renta de los productores. La renta que antes era capturada por el Estado pasa a los productores. Según el modelo que se utilice, parte de esa renta disponible se destina a consumo y a inversión, lo que debería generar nuevos ingresos fiscales por impuestos como ganancias, IVA y presión tributaria general por ambos destinos del ingreso, generando una recaudación adicional para los tres niveles de gobierno.
Mayor producción. Si los productores reaccionan positivamente al mayor precio percibido (escenario de oferta elástica) y aumentan su producción, puede elevarse la base imponible y generarse una recaudación adicional de los propios derechos de exportación.
Franco Artusso, responsable de la sección Agroindustrial del Ieral/Fundación Mediterránea, analizó en cuánto ha mejorado la rentabilidad del campo en la era Milei y afirmó que “aún a pesar del alivio impositivo, la carga tributaria continuará siendo muy elevada en 2025/26: del 53-73% para propietarios y arrendatarios de zona núcleo, y del 67-123% para propietarios y arrendatarios de zona extrapampeana, respectivamente”.
Detalló que las estimaciones indican que, con las alícuotas vigentes, la recaudación por DEX en 2026 rondará los US$ 5.030 millones (considerando únicamente productos agropecuarios y sus derivados).”Si se hubieran conservado las tasas de fines de 2023, la recaudación ascendería a casi US$ 7.000 millones, manteniendo constantes los volúmenes de producción y exportación”.
En otros términos, las modificaciones aplicadas en los últimos dos años implicaron una devolución cercana a US$ 1.950 millones al complejo productivo. La reducción más reciente tendría un impacto fiscal anual de aproximadamente USD 520 millones, equivalente a una cuarta parte del monto ya devuelto, concluyó.






