Buenos Aires, 15 diciembre (NA) – En medio de la tranquilidad porteña hay un barrio coqueto y “olvidado” que es parecido a los suburbios de Londres y está lleno de callecitas arboladas, chalets de ladrillo con techo a dos aguas y una identidad ferroviaria típica de los pueblitos ingleses de mediados del Siglo XIX.
Se trata de Coghlan, uno de esos barrios porteños que no tienen tanto “marketing” y sorprenden a quien no lo tiene en el radar. Ubicado -y capaz eclipsado- entre Saavedra y Belgrano R, mantiene una identidad propia bien marcada que lo diferencia de sus vecinos más populares.
Sucede que en Coghlan aún se respira un ritmo tranquilo, que Belgrano R fue perdiendo desde hace un tiempo con su creciente desarrollo inmobiliario, mientras que Saavedra hoy es el epicentro de la construcción en la Ciudad de Buenos Aires y, además de departamentos, cada vez se multiplican nuevos locales gastronómicos como bares, restaurantes y Cafés de Especialidad.
Según supo la Agencia Notiicas Argentnas, buena parte del encanto de Coghlan tiene una explicación histórica. El barrio nació alrededor del Ferrocarril Central Argentino, de capitales británicos, y toma su nombre de John Coghlan, ingeniero irlandés ligado al desarrollo ferroviario. Como ocurrió en muchas zonas impulsadas por empresas inglesas a fines del siglo XIX y principios del XX, el tren no solo conectó: ordenó el barrio y definió su escala.
ARQUITECTURA INGLESA EN VERSIÓN PORTEÑA
Uno de los rasgos más distintivos de Coghlan es su arquitectura. El barrio conserva una gran cantidad de chalets de estilo inglés y normando, con ladrillo a la vista, techos a dos aguas, ventanas con postigos y jardines delanteros que generan retiros amplios y visuales abiertas.
No son construcciones ostentosas, sino estéticas sobrias y funcionales, muy asociadas a los suburbios del sur de Inglaterra. Esa coherencia arquitectónica, sumada a la baja altura general, le da al barrio una identidad visual clara y reconocible, algo cada vez menos común dentro de la Ciudad de Buenos Aires.
Coghlan también se destaca por su ritmo. El tránsito es tranquilo, las calles están bien arboladas y suelen verse: vecinos caminando, bicicletas, perros paseados sin apuro. El Pulmón Verde de Coghlan está bien conectado por tren y avenidas cercanas, pero logra algo difícil: mantenerse calmo aun estando rodeado de zonas más activas y densamente pobladas. #AgenciaNA
