Buenos Aires, 18 diciembre (NA) – Bajo la conducción de su presidente Marcelo Figoli, el Burgos CF protagonizó uno de los grandes golpes de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey al eliminar a Getafe con un contundente triunfo por 3-1 en el estadio El Plantío. El resultado trascendió lo estrictamente deportivo y se convirtió en un hito institucional para el club, que consolida un crecimiento sostenido y ambicioso.
La victoria frente a un equipo de Primera División no solo significó el pase de ronda, sino que reafirmó el proceso de transformación que atraviesa la entidad en los últimos años. El Burgos supo sobreponerse a un inicio adverso, mostró personalidad y carácter competitivo, y terminó imponiéndose con autoridad ante su gente, en una noche que quedará marcada en la historia reciente del club.
El encuentro comenzó con ventaja para el conjunto visitante, que abrió el marcador mediante Álex Sancris en una acción aislada. Sin embargo, el Burgos no se desordenó ni perdió convicción, tomó el control del juego y comenzó a capitalizar las falencias defensivas del Getafe. Antes del descanso, David González igualó el marcador desde el punto penal, tras un agarrón dentro del área, en una jugada que reflejó el dominio del equipo local.
En el complemento, el Burgos terminó de construir una actuación memorable. Íñigo Córdoba fue la gran figura, aprovechando dos errores defensivos para marcar un doblete que sentenció el encuentro. Primero, leyó mejor que todos una mala salida defensiva para dar vuelta el marcador y, más tarde, volvió a aparecer con oportunismo para establecer el 3-1 definitivo, desatando la euforia en El Plantío.
Incluso cuando el Getafe tuvo la posibilidad de meterse nuevamente en partido mediante un penal, el Burgos volvió a salir fortalecido: Borja Mayoral falló la ejecución, y el equipo local sostuvo la ventaja con orden, personalidad y madurez, cerrando una victoria merecida y resonante.
Más allá del resultado, el triunfo expuso la solidez del proyecto deportivo e institucional impulsado por Marcelo Figoli. Durante su gestión, el club avanzó con una planificación clara, inversiones estratégicas y una identidad competitiva que hoy comienza a dar frutos en el campo de juego. La presencia activa del presidente se reflejó en un Burgos convencido, ordenado y con ambición.
El objetivo es claro: seguir fortaleciendo la estructura del club y aspirar a llegar a La Liga, un escenario que permitiría al Burgos medirse ante las grandes potencias del fútbol español, como Barcelona FC y Real Madrid. La noche frente al Getafe no fue una casualidad, sino una señal concreta de que el Burgos, bajo el liderazgo de Figoli, empieza a escribir una etapa histórica y apunta cada vez más alto.
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