Buenos Aires, 21 de diciembre (NA) — La exmandataria Cristina Fernández de Kirchner evoluciona favorablemente tras ser intervenida quirúrgicamente por un cuadro de apendicitis en el Sanatorio Otamendi, una cirugía que, según el médico y periodista Nelson Castro, no presentó complicaciones mayores a pesar de sus antecedentes.
Castro explicó que la paciente ingresó con dolores agudos y que, si bien el parte médico mencionó un “pequeño compromiso peritoneal”, la extracción del apéndice se realizó de forma rápida y sin derivar en una peritonitis generalizada.
“Estuvo en muy buenas manos, la operación fue rápida y se espera que para el lunes o martes ya esté en su casa con un reposo leve”, detalló el profesional en diálogo con Radio Rivadavia, quien además recordó que la expresidenta cuenta con una historia clínica “florida” que incluye episodios diverticulares y cirugías previas durante sus mandatos.
Sin embargo, el análisis técnico dio paso a una dura crítica sobre la conducta de la dirigencia kirchnerista y su relación con el sistema de salud. “Forma parte del doble discurso del kirchnerismo en todo; se llenan la boca hablando de hospitales públicos pero terminan siempre en sanatorios privados de élite como el Otamendi o Los Arcos”, sentenció Castro.
Según pudo saber la Agencia Noticias Argentinas, el periodista recordó, a modo de contraste, que Eva Perón se operó en un hospital público en 1951 y relató la anécdota de la “Unidad Médica Presidencial” creada en el Hospital Argerich durante la gestión de Néstor Kirchner, una sala de lujo que “finalmente no usaron más”. Para Castro, esta elección evidencia una desconexión entre el relato político y la práctica personal de los exfuncionarios.
AISLAMIENTO, DECADENCIA Y REALIDAD JUDICIAL
En el tramo final de la reflexión, Castro abordó la situación de aislamiento social que atraviesa la exjefa de Estado, quien cumple su condena con tobillera electrónica. Describió el presente de la exmandataria como una “prisión dorada” y remarcó la escasa convocatoria de militantes en la puerta del sanatorio como una señal inequívoca de su ocaso político.
“La gente que estaba ayer frente al Otamendi muestra la decadencia absoluta; no había nadie. Esa es la triste realidad de Cristina Kirchner”, afirmó. Según el facultativo, el impacto psicológico de la tobillera y su situación judicial configuran un escenario de “insoportable levedad” para alguien que supo concentrar la totalidad del poder.
Finalmente, el periodista vinculó esta “decadencia” con la personalidad de la exmandataria, a quien definió como una figura conflictiva incluso hacia el interior de su propio movimiento. “Todo lo que emana de Cristina es la voluntad de dañar; es una patología de su personalidad que ahora están viviendo incluso los propios, como Kicillof”, analizó Castro.
Para el comunicador, el hecho de que deba pasar las fiestas bajo arresto domiciliario y con una salud que requiere cuidados marca el inicio de un ciclo de soledad donde “el único contacto con el exterior será el balcón”, cerrando así un capítulo de enorme centralidad política que hoy parece desvanecerse. #AgenciaNA






