Buenos Aires, 31 diciembre (NA) – El Gobierno boliviano anunció el inicio de un ambicioso proceso de unificación cambiaria y la liberación gradual de los depósitos en dólares en el sistema financiero, con el objetivo de normalizar la economía hacia el primer semestre de 2026. La medida busca cerrar la brecha entre el tipo de cambio oficial, estancado desde 2011, y las cotizaciones paralelas que surgieron ante la escasez de divisas.
El ministro de Economía y Finanzas Públicas, José Gabriel Espinoza, confirmó que el plan se apoya en el Decreto Supremo 5503, una norma que marca un giro histórico en la política económica del país. Si bien el funcionario evitó dar una fecha exacta para la implementación total, anticipó que durante el primer trimestre de 2026 se consolidará una “tendencia muy clara” hacia la convergencia de los distintos tipos de cambio que hoy conviven en el mercado.
Uno de los puntos más sensibles de la reforma es la devolución de los ahorros en moneda extranjera. Según detalló Espinoza, la liberación de los depósitos será progresiva y tendrá como prioridad a las personas naturales. El horizonte oficial establece que, antes de finalizar junio de 2026, los ahorristas individuales podrán disponer libremente de sus recursos en dólares, una señal que el Ejecutivo considera vital para restaurar la confianza en el sistema bancario.
Fin de la era del cambio fijo y ajuste estructural
La decisión del Gobierno de Luis Arce se produce en un contexto de fuertes tensiones macroeconómicas, caracterizadas por la caída en los ingresos por exportaciones de gas y una persistente falta de divisas que dio lugar a un mercado fragmentado. Actualmente, Bolivia presenta tres referencias cambiarias: el valor oficial de 6,96 bolivianos (vigente hace 14 años), un valor referencial del Banco Central que promedia los 9,00 bolivianos, y un mercado paralelo donde la divisa se negocia hasta los 10,00 bolivianos.
El proceso de unificación es la segunda etapa de un ajuste mayor iniciado el pasado 17 de diciembre, cuando el Gobierno eliminó la subvención a los combustibles. Con este nuevo régimen, el Banco Central de Bolivia (BCB) tiene la instrucción de transitar hacia un esquema que preserve la competitividad externa y equilibre la balanza de pagos. El desafío principal para La Paz será administrar el impacto social de la devaluación implícita y contener la inflación en un periodo de transición que se extenderá por los próximos 18 meses. #AgenciaNA
