Difícilmente les quede algo de los $527.085,90 que les acreditará ANSES (entre haber, bono congelado y medio aguinaldo) a los casi 3 millones de jubilados que cobran la mínima para poner debajo del plato de ñoquis el día 29.
Y ello pese a que el gobierno los hizo cargo, junto a los pensionados, del 20% del recorte en el gasto del Estado que realizó el año pasado, lo que le valió el acceso al crédito otorgado en verano por el Fondo Monetario Internacional.
El gobierno sostuvo la meta de superávit fiscal en 2024 a costa de las jubilaciones.
En abril último, el presidente Javier Milei anunció que elevaría de 1,3 a 1,6 puntos del PBI el superávit primario para asegurar el déficit, y “ante la posibilidad de que el shock externo se agudice, el Gobierno responderá con mayor ajuste fiscal, reduciendo el gasto público”.
El real poder adquisitivo de las jubilaciones no entiende de tecnicismos, pero desde que el DNU 274/24 ató los haberes a la inflación, derogando la Ley 27.609 (de movilidad) vigente desde 2021, en un primer momento hubo una recuperación de parte del terreno resignado en el primer trimestre de 2024.
PODER ADQUISITIVO
Pero llegado junio de 2025, ya no se trata sólo una sensación de que salieron perdiendo.
Con el aumento de 2,8% (IPC de abril 2025) de la fórmula de Milei, la jubilación mínima (sin bono) se ubica en $304.726, mientras que, de haber continuado la fórmula anterior derogada, estaría en $403.302 (32,3% por encima).
Y paralelamente, desde marzo de 2024, el bono compensatorio que recibía el 70% de los jubilados fue congelado en $70.000, con lo que se licuó mes a mes su
capacidad de compra.
El Centro CEPA hizo los números y concluyó que, a esta altura, “la fórmula anterior, en el tiempo, hubiera sido superadora para los haberes jubilatorios, y se la eliminó intencionalmente antes de que se produjeran las mejoras”.
Aseguró en tal sentido que “en septiembre 2024, diciembre 2024, marzo 2025 y junio 2025, los aumentos por la fórmula anterior hubieran sido superiores a los efectivamente otorgados”.
BONO COMPENSATORIO
Las estadísticas confirman el vaciamiento de los bolsillos. Desde el DNU a esta parte (entre marzo 2024 y junio 2025), los haberes se incrementaron 127% y la mínima, con bono incluido, sólo 83%.
De haberse actualizado en la misma proporción, el bono de compensación debería haber sido en junio de 2025 de $158.658, es decir, más del doble (+$88.658) de lo actual.
Pero el bono continuará congelado, lo que implicará, a diciembre de 2025, negarles a los jubilados $107.417 adicionales por mes).
Concretamente, Centro CEPA calculó que los jubilados no sólo no le ganaron a la inflación, sino que en el trimestre abril-junio de 2025, el poder de compra de los que no perciben bono se ubica 3,1% por debajo del último trimestre de la gestión anterior, mientras que las jubilaciones con bono se encuentran 15,7% por debajo.
Señala que la comparación trimestral es la adecuada metodológicamente dada la dinámica de actualización de la fórmula anterior.
Sentencia que, al atar las jubilaciones al IPC, éstas no perderán poder adquisitivo pero tampoco podrán recuperar.
Por el contrario, la Ley 27.756 sancionada por el Congreso y vetada por el Ejecutivo incluía: una recomposición por única vez de 7,2% para todos los haberes, un haber mínimo equivalente al 109% de la CBT de un adulto, y una cláusula gatillo una vez al año (en marzo) si hubiere recuperación real de los salarios en el año calendario anterior.
La mayoría de los integrantes de la tercera edad se ubica en la base de la pirámide de ingresos. Sólo el 25% recibe más del mínimo.
El 49% de los 5.723.352 jubilados y pensionados beneficiarios de la ANSeS — 2,8 millones — cobran el haber mínimo. Un 16%, percibe el equivalente a más de uno y menos de dos haberes mínimos.
Un 10%, dos haberes mínimos. Y el 25% restante supera los dos haberes mínimos.
PAMI
La pérdida de poder adquisitivo de las jubilaciones se agrava por las modificaciones de la política de medicamentos de PAMI.
No sólo se redujeron los medicamentos cubiertos al 100%, sino que, además, se modificaron los criterios de acceso a los gratuitos, lo que en la práctica implica
que alcanzan a menos jubilados y pensionados.
A su vez, aquellos medicamentos que deben pagar sufrieron aumentos de precios muy por encima de la inflación: la canasta PAMI aumentó 394,2% desde el triunfo de Milei a abril de 2025, 185,9 p.p. por encima de la jubilación mínima con bono y 150,3 p.p. por encima del índice de precios.