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La oveja blanca de la industria láctea: una Pyme familiar inauguró planta a contramano de tres paralizadas

Lácteos La Familia Retorto, de Salliqueló, anunció en las redes sociales la puesta en marcha de la nueva planta de elaboración de leche entera en sachet, a contramano de tres ceses recientes en establecimientos lácteos pertenecientes a SanCor, Verónica y ARSA.

La buena noticia para un sector que arrastra una profunda crisis la dio Gerardo Retorto, en el marco de la celebración del Día Mundial de la Leche: finalizó la construcción de la usina que elaborará leche entera en sachet.

El gerente subrayó que este logro es fruto de tres años de trabajo, desde el movimiento de suelos hasta las complejas obras de infraestructura necesarias para dotar al predio de gas y corriente eléctrica.

Como parte de las inversiones, meses atrás se concretó la obra de gas que atravesó la ciudad para abastecer a la planta, una infraestructura, que una vez finalizada, fue cedida y quedó a disposición de la cooperativa local también para beneficio de los vecinos.

En cuanto al equipo humano, se cuenta con un técnico lácteo, una ingeniera industrial, una ingeniera en alimentos y una bioquímica, además de él mismo en la gerencia.

DIVERSIDAD DE PRODUCTOS

Retorto destacó: “Somos la fábrica chica del país que más variedad de productos hace. Ahora, con esta planta nueva, vamos a desarrollar muchos más, como yogures, chocolatadas y otros derivados lácteos”.

En sociedad con la firma Remotti de Vicente López, además de producir leche entera, ya comenzaron las pruebas para leche descremada y uno de los próximos hitos es la producción de yogures, proyectada para estar operativa en primavera.

“El sachet compite con la leche en caja, pero es más económico porque el único proveedor del envase de cartón en el país es Tetra, y eso encarece los costos. Nuestro producto, es un producto accesible”, explicó.

CRISIS SECTORIAL

El contexto sectorial va a contramano de esta expansión: muestra vaciamiento, parálisis y desesperación: tres firmas con historia se encuentran con las plantas semivacías, empleados sin cobrar y estructuras operativas que crujen.

Una de ellas, SanCor, encara una de sus últimas oportunidades para evitar la quiebra.

El juzgado de Rafaela extendió hasta el 13 de junio el plazo para verificar créditos en el marco de su concurso preventivo. Se estima que el pasivo superará los u$s400 millones, bastante por encima de lo declarado inicialmente.

La otra, Lácteos Verónica, activó un plan para poner en marcha sus tres plantas santafesinas, aunque sólo de forma parcial y con jornadas reducidas, luego de más de 15 días de parálisis.

El conflicto estalló cuando los salarios de abril se pagaron en cuotas y en forma parcial. Hasta hace días estaba en apenas 52%. La empresa prometió completar ese monto antes del viernes, pero no hay certezas sobre los sueldos de mayo ni el aguinaldo.

Por último, ARSA, que produce los postres y yogures marca SanCor, que es parte del Grupo Vicentin y está siendo gerenciada por la venezolana Maralac, se encuentra en situación crítica: las plantas de Arenaza (Buenos Aires) y Monte Cristo (Córdoba) están paralizadas desde hace semanas.

Comenzó como un conflicto salarial y derivó en una denuncia penal por vaciamiento y defraudación, presentada por Atilra Seccional Junín.

El gremio denunció también la existencia de operaciones de facturación alternada entre ARSA y otra empresa del grupo Maralac, La Suipachense, con el fin de ocultar ingresos y evadir compromisos laborales.

En este marco, la Justicia de Lincoln emitió una cautelar para evitar el traslado o desguace de maquinaria.