El legendario Van Morrison parece haber encontrado nuevamente el pulso de su inspiración con Remembering Now, su flamante álbum de estudio. Luego del polémico What’s It Gonna Take? (2022), donde arremetía contra las restricciones por la pandemia, y dos discos más centrados en el revival (Moving On Skiffle y Accentuate the Positive, ambos de 2023), Morrison vuelve a mirar hacia su interior en un trabajo que combina memoria, contemplación y pasión por la música que lo formó.
A lo largo de 14 canciones, el artista irlandés de 78 años recorre los géneros que marcaron su carrera: R&B, blues celta, country, soul y baladas introspectivas. Lo hace acompañado por su quinteto, una sección de vientos, coros, cuerdas a cargo del Fews Ensemble bajo la dirección de Joanne Quigley, y el violín celta de Seth Lakeman. Morrison, además, toca guitarra, saxo y piano.
El disco se abre con Down to Joy, tema que ya había sonado en la película Belfast (2021) de Kenneth Branagh. Una joya de soul celta con guitarras estilo Stax y pedal steel. Le sigue If It Wasn’t for Ray, homenaje a Ray Charles con espíritu skiffle y R&B. En Haven’t Lost My Sense of Wonder, Morrison se sincera sobre la resiliencia emocional con una sutileza conmovedora. Lover, Lover and Beloved evoca las baladas country-soul del propio Charles, mientras que Cutting Corners mezcla rock y soul con una dosis de melancolía, coronada por un solo de saxo del propio Van.
Otros momentos destacados incluyen la trilogía romántica Back To Writing Love Songs, The Only Love I Ever Need Is Yours y Once In A Lifetime Feelings, así como el regreso contemplativo de When The Rains Came, digno de Common One (1980). El tema homónimo, Remembering Now, es una balada jazz-blues cargada de historia personal. El cierre, Stretchin’ Out, se extiende por nueve minutos en una catarsis gospel-blues que corona uno de sus trabajos más logrados en años.
Remembering Now es un regreso a casa sin nostalgia, una reafirmación identitaria desde la madurez. A través de su voz intacta y sus canciones, Morrison demuestra que sigue siendo un espíritu inquieto, pero consciente de su legado.