Mientras los científicos argentinos hacen historia en el fondo del mar, una frase lanzada al pasar durante la transmisión en vivo desató un debate en en el chat de la transmisión. En el canal de YouTube de Schmidt Ocean, donde se transmite en tiempo real la expedición “Underwater Oases of Mar Del Plata Canyon: Talud Continental IV”, un comentario puso en tela de juicio el valor de la investigación científica.
“Coincido, Ignacio, está perfecto el CONICET, pero deberían destinar recursos a investigaciones que realmente aporten algo, un poco más de control a las tesis y estamos”, escribió una usuaria. La frase fue suficiente para desatar un cruce de opiniones entre miles de espectadores que siguen con fascinación el trabajo de los biólogos, geólogos y técnicos argentinos.
La transmisión, que forma parte de una expedición liderada por el CONICET y financiada por la Schmidt Ocean Institute, explora la biodiversidad de uno de los sectores menos estudiados del Talud Continental argentino. Pero el interés por lo que sucede a más de 4000 metros de profundidad no impidió que afloraran posturas encontradas.
“Qué maravilla que esto sea posible a pesar del ataque permanente a la ciencia argentina, a través de infundios y de la falta de financiamiento”, respondió otra espectadora. En contraste con las críticas, muchos mensajes celebraron la labor científica, el acceso público al conocimiento y la posibilidad de observar especies jamás vistas en vivo.
Algunos comentarios se centraron en la necesidad de valorar el trabajo de los científicos y comunicadores que, desde el mar argentino, muestran los secretos de los cañones submarinos a través de una tecnología inédita. “Gracias por compartir su trabajo, lo estoy viendo con mis nietos”, escribió un abuelo de 75 años, que además se animó a hacer preguntas técnicas: “¿Cómo los animales con cuerpos rígidos sobreviven al alto nivel de presión? ¿De qué está hecho el fondo? ¿Es arena?”.
La expedición continuará durante los próximos días y promete seguir revelando imágenes únicas de ecosistemas profundos nunca antes registrados. Mientras tanto, el debate en torno al valor de la ciencia nacional, el uso de los recursos públicos y el derecho a conocer lo que se investiga desde el Estado sigue abierto.