El exlíder de la barra de River, Alan Schlenker, volvió a defender su inocencia en las causas judiciales que lo tienen detenido desde hace más de una década.
Condenado a prisión perpetua por el crimen de Gonzalo Acro y a 12 años de cárcel por un homicidio en Munro, el exbarrabrava aseguró que fue víctima de una maniobra política y mediática impulsada por enemigos dentro del propio club.
“Las tapas de los diarios armaron mi causa. Me metieron preso primero y después se fijaron cómo podían justificarlo”, denunció en una entrevista concedida a Sergio Lapegüe en Lape Club Social (América TV).
Schlenker señaló que sus condenas fueron resultado de lo que calificó como un “operativo armado” por dirigentes enfrentados con él, en particular vinculados a José María Aguilar y Adrián Rousseau.
Según explicó, la causa por el asesinato de Mario Sanzi apareció “mágicamente” diez años después del hecho, sostenida únicamente por el testimonio de una prima de la víctima, presentado —según sus palabras— por sus rivales de River: “Esa testigo dijo cosas inconsistentes, inventadas, y aún así me condenaron. Había pruebas objetivas que demostraban que no podía ser yo, pero prefirieron no mirarlas”.
El exjefe de “Los Borrachos del Tablón” también cuestionó la sentencia en el caso Acro, donde fue considerado instigador del crimen: “Está absolutamente probado que yo no estaba en el lugar. No hay llamadas, no hay pruebas, no hay nada. Me aplicaron figuras jurídicas absurdas, como autor mediato o instigador, solo para dejarme preso. Es una condena ilegal”.
En ese sentido, Schlenker destacó que cuenta con el apoyo de una fundación internacional que busca revisar fallos considerados injustos en distintos países.
Desde el penal de Rawson, donde cumple su condena, Schlenker insistió en que fue víctima de una persecución y que los mismos actores participaron en ambas causas: “Mis enemigos fueron los que impulsaron todo esto. Pusieron al mismo abogado como querellante en los dos juicios. Fue un operativo para silenciarme y dejarme preso de por vida”, sostuvo, mientras expresó su esperanza en que la presión internacional permita una revisión de su situación judicial.
Consultado también por los recientes incidentes en el partido entre Independiente y Universidad de Chile, Schlenker criticó con dureza el accionar de la barra del “Rojo”, que invadió el sector visitante: “Lo que hicieron está completamente fuera de lugar. Una hinchada debe cuidar a su gente desde abajo, nunca subirse a la tribuna visitante. Eso es perder todo”.
Para él, la violencia en la Copa es algo recurrente, pero con otros códigos: “Nosotros peleábamos defendiendo a los nuestros, sin armas y de frente. Esto fue distinto, fueron a atacar a veinte hinchas que quedaron últimos. No tiene sentido”.
Finalmente, el exbarrabrava marcó la diferencia con su experiencia en River: “Cuando nosotros estábamos, el Monumental era la cancha más segura de la Argentina. Peleábamos, sí, pero siempre con códigos y defendiendo a la gente. Jamás nos hubiéramos metido en la tribuna visitante. Eso demuestra que hoy las barras se manejan sin organización y sin respeto por la propia hinchada”, combinando su mirada crítica hacia la violencia actual con la defensa de su inocencia en las causas que lo mantienen tras las rejas.