La regulación emocional no es solo una habilidad más, sino el “superpoder” que distingue a las personas más creativas y exitosas del mundo. Así lo afirma la Dra. Zorana Ivcevic Pringle, científica investigadora principal del Centro de Inteligencia Emocional de Yale, quien ha dedicado gran parte de su carrera a estudiar cómo dominar nuestras emociones puede ser la clave para prosperar en la vida y el trabajo.
“La regulación emocional no se trata solo de sentirse feliz; se trata de ser capaz de capear lo desconocido con gracia”, escribe la Dra. Ivcevic Pringle en un artículo para CNBC. Según supo Noticias Argentinas, para aquellos que se atreven a construir algo nuevo, tolerar el riesgo y navegar la incertidumbre es fundamental, y para ello, necesitamos una gama completa de emociones. Aquí, cinco estrategias para mejorar la regulación emocional:
5 CLAVES PARA DOMINAR LA REGULACIÓN EMOCIONAL:
* Protegé tu tiempo (Selección de situación): Las personas exitosas distinguen lo que las drena de lo que las energiza. No se trata de evitar todo estrés, sino de elegir enfrentar incomodidades temporales que se alineen con tus valores y metas (por ejemplo, soportar el esfuerzo para publicar un libro). Además, es clave gestionar las emociones antes de que te sobrepasen.
* Cambiá tu entorno: Modificar el espacio físico ayuda a regular las emociones. Un cambio de escenario —como ir a una cafetería a escribir— facilita la transición mental entre roles, reduce el estrés y aumenta la productividad.
* Redirigí tu atención: Al igual que con el dolor físico, distraerse del malestar emocional puede aliviar la irritación y dar la distancia necesaria para ver las cosas desde otra perspectiva. Alternar tareas cuando enfrentás metas desafiantes también puede fomentar la creatividad.
* Redefiní los contratiempos: Frente a un revés, en lugar de quedarte en la decepción conviene dar un paso atrás, mantener la curiosidad y buscar explicaciones alternativas. Preguntate por las motivaciones de los otros o si lo que sentís proviene de ansiedad o de una fuerte inversión personal.
* Cambiá tu reacción (Actuación profunda): Ante trabajo emocional —por ejemplo, con un cliente difícil— podés optar por actuación superficial (fingir) o actuación profunda (trabajar para cambiar genuinamente el sentimiento). La actuación profunda pide más esfuerzo, pero resulta más auténtica, potencia la creatividad y mejora la regulación emocional con la práctica.
Tip final: Probalos uno a la vez: medí qué impacto tienen en tu energía y productividad y ajustá según lo que más te funcione.