En el Día Mundial de la Seguridad del Paciente, los especialistas destacan que detrás de cada tratamiento hay años de investigación, procesos de elaboración y controles de calidad constantes que, en combinación con un riguroso sistema de farmacovigilancia, asegura medicamentos seguros y eficaces para toda la comunidad.
Cada medicamento y vacuna que llega a manos de los pacientes es el resultado de años de investigación y de una rigurosa cadena de controles diseñada para garantizar su eficacia y seguridad.
La seguridad, sin embargo, no termina en la etapa de desarrollo y se mantiene activa durante toda la vida útil de un medicamento y vacuna gracias a un sistema de farmacovigilancia que permite complementar los controles de laboratorio con la experiencia cotidiana de pacientes y profesionales de la salud.
En Argentina, este proceso se canaliza a través del Sistema Nacional de Farmacovigilancia (SNFVG) de la ANMAT, con el objetivo de detectar, evaluar y prevenir problemas vinculados al uso de medicamentos.
“Cuando desarrollamos un medicamento o vacuna en nuestro propósito de innovar para mejorar y salvar vidas, lo hacemos conscientes de que siempre hay persona detrás confiando en nuestra priorización de la seguridad de quienes los usan.” expresa el Dr. Jaime Ruiz, director médico.
La farmacovigilancia se apoya en la notificación espontánea, voluntaria y confidencial de sospechas de reacciones adversas, realizada por instituciones de salud, organismos públicos, la industria farmacéutica y, cada vez más, por los propios pacientes y sus familias.
Cada reporte, por mínimo que parezca, puede marcar la diferencia: permite ajustar prospectos, sumar advertencias, restringir usos o implementar medidas especiales cuando la evidencia lo amerita.
Desde la industria farmacéutica se recomienda reportar los eventos relacionados con medicamentos y vacunas durante todo su ciclo de vida, así como posibles interacciones con otros fármacos, alimentos o alcohol.
También se promueve la notificación de cualquier reacción esperada o inesperada, en especial aquellas que requieran atención médica, con el objetivo de seguir fortaleciendo la seguridad de los tratamientos.
La combinación de procesos de control rigurosos y un sistema de vigilancia robusto garantiza medicamentos seguros y eficaces. La calidad y la seguridad son mucho más que un requisito formal: son la base de la confianza en los tratamientos y del fortalecimiento del sistema de salud.