Semana a semana, la sensación de crisis es más grande en la Argentina y, en pocos días, hay elecciones, lo que puede generar que la crisis se agudice. En materia económica, el dólar parece querer volar y el riesgo país está por las nubes. La gente la está pasando muy mal y las respuestas del gobierno no llegan. El gobierno no dice cuándo se atenuará el sacrificio que les pidió a los ciudadanos.
La política está desordenada y los políticos se acusan de golpistas entre ellos. El gobierno, luego de la elección en provincia, no parece haber encontrado ningún camino. Sin embargo, los golpes y la desestabilización en la Argentina son patrimonio del PJ. Las sucesivas derrotas en el Congreso tienen votos de todos los colores políticos. No se puede acusar de golpista al Congreso cuando vota en contra de los vetos presidenciales. El problema es que el gobierno ha perdido mucha de la confianza ciudadana y eso se nota mucho.
Milei no sabe si insultar o si hablar tranquilo, y lo que tendría que haber hecho es mostrar cambios. No cambió a nadie. Sigue dependiendo políticamente de su hermana, que no para de hacer desastres. Parece que viven en un mundo irreal donde la realidad no penetra.
Los seguidores de Milei nos dicen, a los que somos críticos, que es esto o la vuelta de los K, y no se dan cuenta de que muchos se decepcionaron por la cantidad de peronistas que reciclaron. No se puede decir “kirchnerismo nunca más” y estar llenos de kirchnerismo. Para los que creemos que el kirchnerismo hundió a la Argentina, es ofensivo que los kirchneristas ocupen lugares que deberían estar en manos de gente que ocupa espacios republicanos. Si vuelve el kirchnerismo, es responsabilidad de este gobierno que despreció a los que lo ayudaron.
Nunca un gobierno tuvo tanto apoyo de diputados, gobernadores y ciudadanos como este gobierno cuando empezó. En un acto de inmadurez política, se divertían insultando a los que ayudaban. La confianza en los gobernantes es algo imperceptible y, cuando se termina esa relación, es muy difícil revertirla. El gobierno hizo política para los que lo votaron en primera vuelta, que fue solo el 29,9 por ciento. Al resto tenían que seducirlo, no humillarlo.
La actitud del gobierno cooperando para que se caiga Ficha Limpia y la nominación de Ariel Lijo para la Corte fueron fuertes símbolos de que no había lucha de verdad contra la corrupción. La idiotez de mostrarlo a Milei como un líder mundial no les duró nada.
Era con humildad y con buen equipo. No tuvieron ninguna de las dos cosas. Es de esperar que se den cuenta de que están mal. Karina Milei mide menos que CFK en las encuestas y maneja la política del gobierno. Es momento de pegar un volantazo y tomar un camino bueno. Un gobierno que se rodea solo de los que lo adulan es un gobierno con una visión distorsionada. Tienen que gritar menos y escuchar más. Los hermanos Milei tienen que salir de la adolescencia y gobernar como adultos.