A 25 años de su resonante renuncia a la vicepresidencia, que marcó el principio del fin del gobierno de la Alianza, Carlos “Chacho” Álvarez vive un ostracismo autoimpuesto, alejado de los micrófonos pero no del análisis político. Desde su mesa en el bar Varela Varelita, su segundo hogar, el exvicepresidente de Fernando de la Rúa analiza el presente, reflexiona sobre el pasado y se juzga a sí mismo con una dureza implacable: “Soy un político del pasado, del siglo XX, no soy de esta época, no entiendo nada”.
En una semblanza del periodista Damián Nabot para La Nación, se revela el día a día de Álvarez, quien, a sus 76 años y con una salud frágil, se niega a dar entrevistas. “No tengo autoridad política para hablar”, le dice a quienes lo consultan, argumentando que su proyecto político, el Frepaso, “fracasó”. Según supo Noticias Argentinas, este “autocastigo” es su forma de expiación por haber “decepcionado a millones de argentinos”.
EL “DESTIERRO INTERNO” Y LA CRÍTICA A LA POLÍTICA ACTUAL
Chacho Álvarez, quien nunca tramitó la pensión de vicepresidente y vive en el mismo barrio de siempre, se muestra lúcido y sagaz en sus análisis, pero es particularmente cruel cuando se refiere a sí mismo.
* El legado del Frepaso: Álvarez se reprocha el fracaso del Frepaso, la fuerza política de los noventa que prometía superar al menemismo y “extirpar su corrupción”. La explosión de la Alianza en 2001 y la posterior cooptación de sus dirigentes por el kirchnerismo marcaron el fin de ese proyecto.
* Crítica al peronismo: Para Álvarez, el peronismo está encadenado por “tres tabúes”: la incapacidad de aceptar una macroeconomía ordenada, eludir el problema de la inseguridad y la falta de una “regeneración moral”.
* Visión sobre Milei: Considera que el actual presidente “quiere gobernar como un outsider, pero necesita apoyo”.
* El “consensualismo” perdido: Álvarez cree que Argentina necesita “consensualismo”, con acuerdos básicos entre los partidos, pero observa que, desde 2008, la política se ha basado en “construir un enemigo”, una práctica que Milei ha exacerbado.
* Un personaje de otro tiempo: Se ve a sí mismo como un “personaje de Jurassic Park”, de una era analógica de la política, muy lejana a los trolls, los bots y las campañas de TikTok.
LA RENUNCIA QUE MARCÓ LA HISTORIA
La figura de Chacho Álvarez quedó marcada por su renuncia a la vicepresidencia en octubre de 2000. Convencido de que el gobierno de De la Rúa pagaba sobornos a senadores peronistas para aprobar leyes, su portazo aceleró la crisis de la Alianza y el colapso de la convertibilidad.
Desde entonces, se apartó de la vida pública, rechazando incluso el ofrecimiento de Néstor Kirchner para ser canciller. Aceptó un cargo en el Mercosur y fundó un centro de estudios, pero su voz, crítica y autocrítica, resuena con fuerza en un presente político que, según él, carece de los acuerdos y la ética que alguna vez intentó promover.