Hoy el Boletín Oficial publicó el Decreto 682/2025: retenciones en 0% para todos los granos-soja, maíz, trigo, sorgo y subproductos-hasta el 31 de octubre o hasta ingresar US$7.000 millones en exportaciones, lo que ocurra primero. No fue un guiño simbólico: fue un manotazo para sostener una calma cambiaria que se desvanece.
El Banco Central, con reservas netas en rojo por US$6.000 millones, vendió US$1.110 millones en tres días para defender la banda cambiaria, mientras el dólar oficial rozaba los $1.515. El anuncio, firmado por Javier Milei y Luis Caputo, llegó como un salvavidas en plena tormenta, con el vocero Manuel Adorni acusando en X a “la vieja política” de generar “incertidumbre para boicotear el programa”.
La narrativa oficial es clara: desregular, bajar impuestos al sector que aporta el 50% de las exportaciones — US$ 48.000 millones anuales, según la Bolsa de Cereales — y lograr un “shock de dólares” para engrosar reservas en un 20%: 2.000 millones proyectados solo en soja para octubre, según la Bolsa de Rosario. No es un gesto aislado. En julio, el Decreto 526/2025 redujo retenciones — soja del 33% al 26%, maíz del 12% al 9,5% —, respaldado por un superávit fiscal que Milei cuida “como la niña de sus ojos”.
Pero esta quita, que expira cinco días después de las legislativas del 26-0, huele a táctica electoral. El agro, reteniendo stock por expectativas de devaluación, recibe un incentivo para liquidar; los grandes exportadores ganan más que el chacarero, que paga fertilizantes y fletes en dólares. Fausto Spotorno (Ámbito Financiero), advierte: “Sin cambios estructurales, acumular reservas es insostenible; beneficia multinacionales”. Miguel Kiguel (El Cronista), agrega: “El BCRA usó US$1.110 millones esta semana; sin reformas, los dólares se esfuman”.
¿Por qué no permanente? Eliminar retenciones costaría US$6.800 millones en recaudación para 2026, según proyecciones oficiales, un lujo que el Presupuesto no soporta sin recortes drásticos. En criollo: pan para hoy, hambre fiscal para mañana. El Gobierno lo sabe, priorizando la estabilidad pre-electoral para evitar que la inflación, hoy en 4% mensual, se desboque.
Las repercusiones políticas reflejan un país fracturado. Miguel Ángel Pichetto (Encuentro Federal) tilda la medida de “oportunista y electoral”, criticando la falta de diálogo con el Congreso: “Hablan con gobernadores, no con legisladores”. Julián Domínguez, en (Página/12), apunta: “Sacrifica el mercado interno por la plaza financiera”.
En el interior, aplausos con asteriscos. Maximiliano Pullaro celebra: “Es un alivio, pero debe ser el inicio de una quita total”; Santa Fe aportó US$4.000-5.000 millones anuales en retenciones, “22.000 cosechadoras”. Martín Llaryora suma: “Córdoba dio miles de millones desde 2002; necesitamos previsibilidad”. La Sociedad Rural, con Nicolás Pino, ovaciona: “Colma expectativas, pero queremos cero total”. Federación Agraria gruñe: “Favorece multinacionales, no al productor chico”.
En los mercados, el impacto fue inmediato pero frágil. El dólar oficial cayó 0,5% a $1.510, el contado con liquidación retrocedió al 38%, y el bono AL30 subió 11%, con el riesgo país bajando 300 puntos a 1.142 básicos (JP Morgan). Acciones agro como Ledesma y Adecoagro treparon 3-5% en Wall Street; el Merval, tras caer 30% en dólares en 2025, rebotó tímidamente. Bloomberg Línea advierte: “Alivio temporal, con volatilidad post-elecciones”.
Milei, reprogramando su viaje a Nueva York por la crisis, busca oxígeno externo: una bilateral con Trump el martes, un premio del Atlantic Council con Scott Bessent (Tesoro) el miércoles, y contactos con el FMI. Se especula con un préstamo del Exchange Stabilization Fund por US8.500−10.000millonesparacubrirvencimientosde2026(US4.000M en enero, US4.500Menjulio),conUS44.000 millones pendientes al FMI. Bessent, en abril, elogió: “Milei trae Argentina del precipicio”. Reuters lo ve como un “gamble de alto riesgo” que hipoteca soberanía.
El reverso social duele. Jubilaciones, con mínima de $314.243 más bono fijo de $70.000, perdieron 6,2% real; 43% de los jubilados están bajo la línea de pobreza (UCA, 2025). El Presupuesto 2026 promete +5% real, pero sin la fórmula anterior (+32% hoy). Salarios reales cayeron 5,8%; el SMVM ($317.800) no cubre la canasta familiar ($1.100.000, INDEC). Consumo masivo cae 7% interanual, mientras autos (+94%) y yates crecen, una “Argentina de dos velocidades”, según Spotorno.
Pymes sufren: construcción perdió 73.415 empleos, industria 42.870 desde 2023. El “plan productivo” -Vaca Muerta, minería- sigue sin cronograma, con el Presupuesto 2026 proyectando un PBI de +5,5% pero sin detalles.
Claves de la coyuntura:
* Retenciones: Cero hasta 31/10 US7.000M;+206.800M).
* Jubilaciones: +5% real 2026, bono $70.000. Crítica: 43% bajo pobreza; sin movilidad plena.
* Salarios: SMVM $317.800, caída 5,8% real. Crítica: canasta $1.100.000; precarización.
* Préstamo EE.UU.: US$8.500-10.000M ESF. Crítica: más deuda; soberanía en jaque.
* Plan Productivo: 5,5% PBI 2026. Crítica: sin detalles; empleo cae.
Es técnica y política: dólares para llegar al 26-0, votos para consolidar el relato libertario. Pero sin reformas, reservas creíbles y un plan que reactive consumo, el tango sigue en una pista rota. Milei insiste: “Lo peor pasó”. Post-elecciones, el veredicto: ¿promesa cumplida o nuevo compás de crisis?