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Adiós al plástico en la cocina: la solución alternativa y ecológica para guardar comida

En la vida cotidiana, uno de los lugares donde más plástico se acumula es en la cocina. Bolsas, films y recipientes descartables se usan a diario y terminan en la basura después de un solo uso. El problema es que este material tarda años en degradarse y, mientras tanto, contamina suelos, ríos y mares.

En tal sentido, cada vez más personas buscan alternativas para almacenar alimentos sin recurrir al plástico. La tendencia hacia una cocina más sustentable no solo ayuda al planeta, sino que también cuida la salud y el bolsillo. Por eso, una de las opciones más recomendadas son los frascos de vidrio, ideales para guardar:

* Legumbres.
* Arroz.
* Harinas.
* Galletitas.

A diferencia del plástico, estos envases no desprenden sustancias y pueden reutilizarse infinitas veces. Además, permiten ver el contenido fácilmente.

¿QUÉ OTROS ELEMENTOS PUEDEN REEMPLAZAR AL PLÁSTICO EN LA COCINA?

Los tupper de acero inoxidable son otra solución práctica y duradera. Aunque la inversión inicial es mayor, su resistencia los convierte en una alternativa a largo plazo y perfecta para transportar viandas y mantener la comida fresca.

Para reemplazar el film plástico, existen los envoltorios de cera de abeja, que se ajustan a frutas, verduras o quesos. Los mismos se lavan fácilmente por lo que son reutilizables y compostables, lo que los convierte en una alternativa cero desperdicio.

También ganan terreno las bolsas de tela de algodón con cierre hermético, que resultan ideales para guardar:

* Pan.
* Cereales.
* Frutos secos.

Se pueden lavar fácilmente y reutilizar sin límite, reduciendo notablemente el consumo de bolsas plásticas.

Otra tendencia es el uso de silicona de grado alimenticio, que ofrece recipientes flexibles, resistentes al calor y al frío, aptos para horno, freezer y microondas. A diferencia del plástico convencional, duran muchos años.

Lo importante de esta situación es ir reemplazando de a poco los elementos descartables por opciones duraderas. Hacer un cambio gradual y consiente con el tiempo hace a la buena diferencia.

ESTE CAMBIO DE HÁBITO CUIDA EL MEDIO AMBIENTE Y LA ECONOMÍA

Además de reducir residuos, estas alternativas permiten ahorrar dinero a largo plazo. Al ser reutilizables, se evita la compra constante de bolsas, films o envases descartables que terminan en la basura en cuestión de minutos. Por eso, adoptar opciones ecológicas en la cocina es un gesto pequeño, pero con gran impacto en el planeta.