Menores rindes de soja, trigo y maíz, sequías prolongadas, riesgo de incendios forestales y heladas tardías serían las consecuencias que se evalúan en el campo si se cumplen las predicciones de que la Niña tiene más de un 50 % de probabilidades de volver como un episodio breve y débil entre septiembre y diciembre de 2025.
La Mesopotamia, donde podrían escasear las lluvias, aportó en el primer semestre de 2025 a la balanza exportadora US$ 641 millones y no se estimó siquiera en cuánto puede afectar una eventual merma a la caja de dólares del Banco Central.
Como están los números, los centavos cuentan.
Sin contar con esta perspectiva inquietante, la cuenta entre los ingresos por exportaciones y los vencimientos de deuda que el país tendrá que pagar hasta 2027 ya venía dando un faltante de unos US$ 9.000 millones.
La cosecha en la próxima campaña agrícola debería aportar US$ 32.000 millones, si el clima acompaña, no caen los rindes y los precios detienen su retroceso.
El proyecto de Presupuesto Nacional para 2026 estima un récord histórico en exportaciones, proyectando un crecimiento del 10,6% en el volumen y un aumento del 10,0% en el valor, con lo que alcanza casi 113.000 millones de dólares.
Se espera una cosecha de granos que supere los 140 millones de toneladas, lo que generaría exportaciones por unos 32.000 millones de dólares, según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario.
La desconfianza del mercado en que el Gobierno de Javier Milei pueda cumplir en tiempo y forma con los compromisos financieros fue la mayor causante de la presión cambiaria que puso contra las cuerdas la política antiinflacionaria encorsetada en las bandas máxima y mínima en que flota la cotización del dólar.
Llegó el anuncio de ayuda del Tesoro de EEUU y retornó la calma por unos días, hasta que la preferencia por el dólar pone de nuevo en aprietos las reservas de divisas en poder del Banco Central.
VISITA AL NORDESTE
Los productores de Misiones, Corrientes y Entre Ríos recibieron la mala noticia del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de que las lluvias serán inferiores a lo normal, en coincidencia con los patrones asociados a la corriente de La Niña, lo que pronostica un escenario más seco con el avance de la primavera.
Los efectos más notorios se sienten en la región pampeana, el Litoral y el norte del país, con impacto directo en la agricultura, el abastecimiento de agua y los ecosistemas.
En cambio, en el noroeste (Jujuy, Catamarca y oeste de Salta) se esperan lluvias superiores al promedio, mientras que en la región central (Buenos Aires, Córdoba y La Pampa) y en Cuyo (Mendoza, San Luis y San Juan) se prevén valores normales.
Para la Patagonia, se proyecta un escenario más seco, con precipitaciones entre normales e inferiores.
BREVE Y DÉBIL
Según las predicciones, La Niña tiene más de un 50 % de probabilidades de volver como un episodio breve y débil entre septiembre y diciembre de 2025.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), de Estados Unidos, advirtió en esa dirección que el enfriamiento de las aguas superficiales del Pacífico Ecuatorial volvió a profundizarse y alcanzó una anomalía de -0,5 °C, valor que marca el umbral mínimo para considerar la presencia de La Niña.
Y que esta es la señal más clara desde febrero de que el fenómeno podría consolidarse en las próximas semanas.
Una anomalía de -0,5 °C representa la marca más baja del año en la región Niño, clave para determinar la presencia de El Niño o La Niña.
Sin embargo, habrá que centrar la atención en los próximos días, debido a que los signos de La Niña aún son incipientes.
En principio, la atmósfera no se comportará como si el fenómeno ya estuviera instalado, lo cual significa que, en las próximas semanas, algunas regiones del sur de Brasil podrían registrar precipitaciones superiores al promedio.
La NOAA aclaró que, aun cuando la tendencia se mantuviera, no se declararía oficialmente el evento antes de mediados de octubre o incluso noviembre.
LA NIÑA Y EL NIÑO
La Niña es un fenómeno climático global que se caracteriza por un enfriamiento anormal de las aguas del Pacífico.
A diferencia de El Niño, que tiende a provocar lluvias abundantes, La Niña suele generar un déficit de precipitaciones y mayor riesgo de sequías.
El Centro de Predicción Climática (CPC) de Estados Unidos prevé condiciones neutras hasta finales de este verano boreal.
Luego, la tendencia es que con una probabilidad del 56% llegue un episodio breve de La Niña en otoño y principios del invierno, antes del regreso a condiciones neutrales.
Por otra parte, el Instituto Internacional de Investigación para el Clima (IRI) estima un 68 % de probabilidad de condiciones neutras entre septiembre y octubre, y un 30 % de que se forme La Niña.
Entre septiembre y noviembre baja la neutralidad al 57 % y La Niña sube a 39 %.
También hay que contar con la predicción de la Organización Meteorológica Mundial (WMO), que calcula un 55 % de probabilidad de La Niña para el periodo septiembre a noviembre, y alrededor de 60 % para el de octubre a diciembre.