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La candidatura de Diego Santilli: ¿un error no forzado del peronismo?

La confirmación de Diego Santilli como candidato en la Provincia de Buenos Aires para las elecciones de 2025 está generando un giro inesperado en el tablero político bonaerense. La magnitud del cambio que implica su nominación queda en evidencia en la desesperación de varios dirigentes peronistas por instalar la idea de que Santilli no reemplazaría a Espert, y que en su lugar lo haría la menos conocida e inexperta, Karen Reichardt.

Lo cierto es que todos los caminos -judiciales y políticos- conducen a que Santilli será finalmente confirmado como el hombre fuerte del gobierno nacional en la provincia de Buenos Aires (aunque resta ver si su rostro aparecerá en la boleta o no).

Paradójicamente, el ataque coordinado del peronismo contra Espert -o, como prefiere llamarlo el oficialismo, la “opereta”- podría terminar perjudicando al propio peronismo y mejorando las chances electorales de La Libertad Avanza.

¿Cómo es eso? Simple. Santilli encarna un perfil político moderado, con experiencia de gestión, alto nivel de conocimiento político, y -lo clave en este escenario- una fuerte capacidad de interpelar al electorado del centro. Ese mismo electorado que en las últimas elecciones, enojado y desencantado, prefirió quedarse en su casa.

Con una impronta dialoguista y de modales más republicanos que el caído en desgracia Espert, parece estar en condiciones de reactivar ese voto dormido. Y en una elección legislativa, donde cada voto cuenta, eso puede ser determinante para la lectura final de los resultados.

Pareciera, como le gusta decir al propio Milei, que “las fuerzas del cielo” obraron de manera misteriosa y, gracias a la salida de Espert, colocaron en su lugar a un candidato con mayor entusiasmo, menor nivel de rechazo, más experiencia y, por ende, mejores perspectivas electorales.

Santilli tiene tres semanas para construir sin espantar y para consolidarse como un rival mucho más peligroso que el propio Espert. Ya lo demostró con sus reflejos políticos invitando al candidato Taiana a un debate sobre el futuro que quieren de país.

En el peronismo hay temor. El intento por instalar que Santilli no podía ser el reemplazo de Espert no hizo más que evidenciar la preocupación frente al cambio de escenario.

Tal vez no imaginaron que Espert se bajaría. Tal vez confiaban en la personalidad obstinada de Milei y apostaban a un desgaste paulatino, a la imposibilidad de hacer campaña y a estirar la ventaja peronista de cara a octubre.

Quizá fue solo un error de cálculo. O, como prefieren creer los optimistas de La Libertad Avanza, simplemente fueron las fuerzas del cielo, obrando una vez más de manera misteriosa.

Si tuvieron razón unos u otros sólo se sabrá el lunes 27 de octubre.