Fernando Mazzaferro, fundador de Arbit Ingeniería, la primera empresa incubada en el Polo Tecnológico, resaltó la importancia de haber ingresado a CITIA para el desarrollo de su innovador proyecto, que hoy está presente en toda la Argentina y, gracias al apoyo del Gobierno provincial a través de la Agencia I-COMEX, inició su camino exportador, con ventas incluso a los Estados Unidos.
El martes pasado, en General Pico, el gobernador Sergio Ziliotto presidió una nueva reunión del Consejo Asesor de la Agencia CITIA en la que se anunció que Arbit Ingeniería era la primera empresa incubada que se incorporó al ecosistema productivo pampeano.
Ese hito del Polo Tecnológico pampeano, ejemplo de producción y desarrollo innovador, tiene como protagonista a Fernando Mazzaferro, un piquense que se formó en la Universidad Nacional de La Pampa (le falta presentar la tesis para graduarse en ingeniería electromecánica) y es uno de los fundadores de ARBIT Ingeniería. Los otros dos socios que lo acompañan desde el primer momento son Andrés Francisco Arana, anguilense, y Daniel Díaz Carbó, de Buenos Aires.
En diálogo con la Agencia Provincial de Noticias, Mazzaferro contó cómo nació el proyecto de esta empresa que de tecnología especializada en el desarrollo y fabricación de productos para el agro, la industria y el empresariado.
El inicio en Aguas del Colorado
“Empezamos hace 11 años, en 2014, en la incubadora de empresas, que es el “papá” de lo que hoy es el Polo Tecnológico. Arrancamos con un producto que iba a hacer un control de automatización para Aguas del Colorado, reemplazando una importación. En el camino, mientras fuimos testeando el mercado, empezamos a hacer más productos electrónicos para empresas de Buenos Aires, Neuquén y otras provincias. También hicimos automatizaciones de bombeo de agua. Eso nos fue llevando a desarrollar equipos que reemplazan directamente a la importación”, relató.
“El desarrollo nos generó dos sectores, uno industrial y otro agrícola. En el primero tenemos 14 productos que vienen cerrados en una caja. Y en el agrícola contamos con tres o cuatro que son muy conocidos porque se usan en máquinas para fertilizar o fumigar. Permiten hacen control de bombeo en el oeste y zonas muy remotas. Todos los equipos se hicieron en La Pampa”, afirmó con orgullo.
La llegada al Polo Tecnológico
En cuanto a la experiencia vivida en CITIA, Mazzaferro aseguró: “Entramos al Polo Tecnológico con la idea de aprovechar el momento para ordenarnos. Teníamos un proyecto con el que veníamos dando vueltas hacía tres años. El día a día no nos permitía ponernos a terminar con eso. Nuestro hito fundamental fue entrar en CITIA para terminar ese proyecto y pulir áreas de gestión. Cuando empezás solo vos te encargás de la contabilidad, del desarrollo, del marketing, de hacer el logo. Son un montón de cosas. El inicio es difícil y cuando arrancás de cero CITIA te allana el camino”.
El ingeniero pampeano reveló que además de terminar el desarrollo que tenían proyectado, fueron saliendo más productos. También puso en valor la convivencia con otros empresarios, “acá convivimos con otros colegas que son “del palo” y compartimos experiencias, sueños y proyectos. Eso es algo muy positivo, que nos permite crecer a todos”.
Mazzaferro no tiene dudas respecto de la importancia de llegar a CITIA: “Les recomiendo incubarse en el Polo a otros emprendedores. La clave es tener una idea clara y definida. Hay que llegar con algo bastante armado y un estudio hecho. Lo primero es hacer un estudio de marca y registrarla para tener protección como emprendedor. Hay que construirlo de a poco. Tus primeros clientes son curiosos que apuestan por vos y te sirven como un feed back para saber cómo funciona. Eso permite ir modificando tu desarrollo”.
El aporte de I-COMEX
En cuanto a la situación actual de Arbit, indicó que “hoy en día tenemos clientes en casi toda Argentina, más que nada en la zona verde”. También poseen desarrollos de software y equipos industriales que son utilizados por cooperativas eléctricas, de agua y de otros servicios.
“Fuimos uno de los primeros que exportó un equipo con la agencia I-COMEX, que nos dio una mano fundamental. Llegamos a Uruguay, a Estados Unidos, por ejemplo y estamos cerca de ingresar al mercado paraguayo”, señaló.
“Siempre estamos desarrollando cosas nuevas y ahora queremos sacar un mapeador para aviones, que está en un 50% del desarrollo”, adelantó el empresario.
La importancia del Polo
Hay que resaltar que el Polo Científico Tecnológico de La Pampa, proyectado a modo de campus, promueve la creación y fortalecimiento de empresas e instituciones de base científico-tecnológica; articula la oferta y la demanda con el fin de aumentar la productividad, la competitividad, la equidad y la sostenibilidad de las distintas tramas de valor productivas provinciales.
Una de las áreas destacadas del Polo es la que se dedica a la incubación de proyectos de micro, pequeñas y medianas empresas de base tecnológica de la Economía del Conocimiento. Incluye áreas comunes y toda la infraestructura para el desarrollo de las incubadas. Al trabajar en un espacio común con otras startups, la colaboración con emprendedores y mentores, permite que este centro se convierta en un lugar de encuentro, donde se promuevan sinergias altamente positivas.
El caso exitoso de Arbit demuestra la importancia que tiene el Polo para el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas y de los emprendedores pampeanos.


