No es casual que cada vez más personas cumplan los 90 años y que llegar a esa edad sea una meta extendida, pero principalmente en países que se destacan por su acceso a salud de calidad, alto nivel de vida y nutrición, con Japón a la vanguardia, cuyo promedio llega a los 84 años gracias a un secreto milenario en la alimentación.
Las niponas viven más que los hombres (87 años contra 81, término medio), y de hecho, alrededor de 90.000 personas superan los 100 años.
La expectativa de vida viene en crecimiento gracias a los avances en la medicina y de la difusión de la cultura de hábitos saludables: promedia actualmente los 78 años, según la Organización Mundial de la Salud.
Si bien el investigador de la cultura y la historia de la alimentación nonagenaria, Nagayama Hisao, identificó 7 ingredientes claves para una dieta que promueva una vida larga y saludable, uno del listado se destaca por pertenecer a la gastronomía ancestral: las ciruelas Umeboshi.
Los otros seis son las legumbres, el sésamo, el pescado, el pollo, el ajo y las verduras.
Pero fundamentalmente la consigna es disfrutar al máximo el sabor natural de los ingredientes, evitando excesivas adulteraciones y aprovechar el ciclo estacional.
PRODUCTOS FERMENTADOS
Y asimismo, pone especial énfasis en los productos fermentados, que no solo infunden sabores únicos a los alimentos, sino que también ofrecen beneficios para la salud y contribuyen a su preservación.
Recomienda cocinar con productos seleccionados en cada fase de la temporada: hashiri (inicio), sakari (medio) y nagori (final).
Pero se hace hincapié en las ciruelas japonesas fermentadas y saladas.
Las Umeboshi (que se consiguen en las dietéticas) e pueden comer no más de tres al día, directamente en ayunas o como ingrediente en la comida (mezclada con arroz, fideos, verduras o tofu); así como condimento en vinagretas y salsas. Y también se puede tomar como ingrediente de una infusión o bebida
Las propiedades de este albaricoque japonés, contraindicado en pacientes hipertensos por su alto contenido en sal, son:
* Función hepática: ayuda a preservarla y puede reducir el daño en personas con enfermedades del hígado.
* Salud digestiva: su alto contenido de fibra apoya la digestión, actúa como laxante natural y mejora la salud del tracto gastrointestinal.
* Efecto anticancerígeno: podrían tener propiedades que detengan el crecimiento de células cancerosas en varios tipos de cáncer.
* Poder antioxidante: proteccción contra el daño celular y reducción del riesgo de enfermedades crónicas.
* Salud ósea: los polifenoles benefician la salud ósea al mejorar la producción de colágeno y la función de las células responsables de la síntesis ósea (osteoblastos), lo que ayuda a prevenir la osteoporosis.
* Propiedades antibacterianas: Puede inhibir el crecimiento de bacterias causantes de enfermedades orales, ayudando a prevenir la formación de caries.
* Control de glucosa: Estudios sugieren que puede ayudar a estabilizar los niveles de azúcar en sangre al afectar la absorción de glucosa.
Hisao hace hincapié en que la esencia de la gastronomía nipona es expresar el agradecimiento hacia la naturaleza por los frutos que nos nutren, y que los productos naturales son una fuente inagotable de salud.
Aunque se alinean con Japón en esa corriente Mónaco, Hong Kong, Macao, Liechtenstein y Suiza, cada vez son más los comunicadores de fórmulas que propendan a la longevidad.
MICROBIOTA INTESTINAL
La hipnoterapeuta Fani García, quien se hizo conocida por divulgar temas relacionados con hábitos saludables, emociones y bienestar integral, es una de las más influyentes comunicadoras en TikTok del rol que desempeñan los intestinos en la prolongación de los años de vida.
Identifica como la microbiota intestinal de las personas que viven más de cien años a cuatro bacterias sobresalientes, que ayudan a reducir inflamación, protegen el intestino y mejoran el metabolismo.
Son ellas:
* Akkermansia muciniphila, ganó popularidad en los últimos años por su capacidad de fortalecer la barrera intestinal, mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir la inflamación crónica. Viene en la granada, té verde, arándanos, cacao y pistachos
* Doricobacter, menos conocida pero igual de relevante. Su presencia se asocia a un metabolismo más eficiente y una mejor regulación de la glucosa. Está en las almendras, kale, avena, linaza y frijoles negros
* Hostilibacter, se nutre especialmente de almidones resistentes y compuestos prebióticos. Se encuentra en el plátano verde, patata o arroz cocido y enfriado, ajo, cebolla, miso y tempeh
* Christensenella, algunos estudios la asocian con menor inflamación sistémica, menor índice de masa corporal y una microbiota más diversa y estable. Es una auténtica fan de los fermentados: el kéfir, el chucrut, el kimchi… pero también de las alcachofas y los espárragos.
En principio, García advierte que el conjunto de microorganismos que habita en nuestro intestino no es igual en todas las personas.
Factores como la dieta, el entorno, el estrés, el uso de medicamentos o incluso la forma de nacer (parto vaginal o cesárea) influyen en su composición.
Elemental es la reducción en el consumo de sal para disminuir la prevalencia de enfermedades cardiovasculares y cáncer de estómago.