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¿Havanna rompe los esquemas y sale a pelear con Jorgelín y Fantoche por el triple sabor en los alfajores?

La guerra de los alfajores sube la apuesta y ahora se centra en la cantidad de capas de dulce de leche que traen: Havanna anticipó por Facebook que pronto sale con uno “triple placer” para pelear contra Jorgelín (de la familia de Jorgito) y Fantoche.

En 2003 adquirida por el fondo de inversión Inverlat Investments, la icónica marca marplatense viene de lanzar oficialmente en julio un “viaje de sabor”, con el emprendimiento de su esperadísimo alfajor Dubai.

Y ahora anunció que va al segmento del triple alfajor.

Daniel Diéguez, dueño de Fantoche, se atribuye haber sido el precursor del alfajor de tres capas de dulce de leche en 1985 y que lo sacó para enfrentar la hegemonía de las marcas Guaymallén y Jorgito, que solamente hacían simples.

En esa misma década, las grandes firmas de galletitas, Bagley, Terrabusi y Arcor, ingresaron en el rubro alfajores, cuyo consumo per capita creció en estos 30 años hasta superar los 26 alfajores al año.

Según un relevamiento reciente de Infokioscos, basado en encuestas a más de 1.000 kiosqueros de todo el país, el alfajor más vendido en ese canal es el de Rasta, marca lanzada en 2022 que se ganó al público con precios competitivos y su generoso relleno de dulce de leche.

Destronó a Guaymallén, que lideró durante años con sus versiones ‘simple’, ‘triple’ y ‘oro’.

Tercero quedó Fantoche, fuerte en el segmento del ‘triple’; y cuarto Jorgito, valorado por su precio y en el ámbito familiar.

TENDENCIA MUNDIAL

“La tendencia mundial y local es consumir productos indulgentes, saciadores, que logren satisfacción. Los proyectos están en esa dirección. El 100% de la producción es nacional y nuestra política comercial consiste en lograr la mayor cobertura posible”, destacaron en Bagley.

Lo viene confirmando el ranking de TasteAtlas, enciclopedia gastronómica digital, que lo ubicó en el podio de las 50 mejores galletas del mundo en su índice ’50 Best Cookies’.

Bagley (de Arcor) y Mondelez dominan el segmento masivo con marcas como Bon o Bon, Block, Águila y Tofi, en el caso de la primera; y Terrabusi, Milka y Shot, en la segunda, con lanzamientos periódicos para sostener su liderazgo.

Por su parte, Havanna, con mayor presencia en cafeterías, busca crecer con nuevos sabores, y este año se metió de lleno con el chocolate Dubai y ahora con el triple de dulce de leche.

LÍNEAS ARTESANALES Y PREMIUM

Es que las líneas artesanales, premium, saludables y sin gluten vienen aumentando su participación, especialmente en tiendas especializadas y plataformas digitales, aunque el 60% del mercado sigue controlado por grandes compañías como Arcor, Mondelez y Havanna.

La producción anual está estimada en 1.200 millones de unidades, con una facturación que en 2024 superó los $ 102.000 millones, según la Asociación de Distribuidores de Golosinas (Adgya).

El sector había sufrido una caída de 3% en las unidades comercializadas en 2024 contra 2023, pero cerró el año con una suba de 75% en la facturación, aunque el aumento de precios promedio rondó entre 70% y 90%, frente a la inflación de 117,8% que informó el Indec para 2024.

UN POCO DE HISTORIA

El alfajor argentino proviene del postre andaluz del mismo nombre, que emigró a nuestra tierra en el siglo XIX y que se sigue fabricando aunque con características bien diferentes, ya que el dulce de leche no tiene tanta entidad del otro lado del Atlántico.

Antes de llegar a España, ya se consumía en Arabia hace unos 700 años, donde se le llamaba al-hasú (el relleno).

Desde el 700 al 1400 se dio la conquista musulmana de la península ibérica.

Los árabes influenciaron a toda Europa con sus dulces, su poesía y su arquitectura.

“Cuando llega a la Argentina, la receta se transforma totalmente: el dulce de leche no existía en España. Ellos comían una masa tipo mazapán que se come en las Navidades”, detalla Jorge D´Agostini, en su libro “Alfajor argentino, historia de un ícono”.

La palabra al-hasú fue mutando hasta convertirse en alfajor y finalmente llegó a nuestras tierras donde se combinó la fórmula árabe con el chocolate mesoamericano y el dulce de leche argentino.

El formato redondo actual de los alfajores en Argentina fue obra de un químico francés, Augusto Chammás, que llegó a la Argentina a mediados del siglo XIX e inauguró una pequeña industria familiar en Córdoba que se dedicaba a la confección de dulces y confituras.

Sin embargo, otra corriente le adjudica la primicia al santafesino Hermenegildo Zuviría, apodado “Merengo”, el nombre de una fábrica de alfajores de la provincia en forma de bota, en la que fue redactada la Constitución Nacional en 1853.

Como souvenir, los constituyentes llevaron por primera vez a sus provincias el alfajor de dulce de leche.