Los celulares de los asesores que manejan carteras de inversiones en las casi dos centenares de ALyCs (Agente de Liquidación y Compensación), que operan reguladas por la Comisión Nacional de Valores, sonaban sin parar en la mañana, mientras el dólar bajaba y los bonos y las acciones subían vertiginosamente.
“¿Conviene comprar, vender en plena alza tomando ganancias y aprovechar las tasas del mercado financiero que empezaron a descender, ya que aun se consigue 40% anual y más?”, los ametrallaban a preguntas.
Los más sensatos coincidían en responder que justo hoy no era un día para hacer movidas.
En la mayor parte de los casos, la masa de ahorristas llegó al día de la elección con las carteras dolarizadas y posiciones conservadoras, a la espera de cómo se acomodaría todo una vez conocidos los resultados.
Los propios operadores se mostraron sorprendidos con el comportamiento de las urnas y recogieron la misma impresión de sus clientes asesorados, con lo que se impuso la suma prudencia.
Con el transcurrir de la jornada, las cotizaciones indicaron que los bonos soberanos recuperaron lo perdido después del derrumbe por la derrota del Gobierno de Javier Milei e inclusive registraron importantes ganancias.
Las subas en los activos de renta fija anduvieron entre 15-25%.
Se destacaronn AL35 (+26%), AE38 (+25%) y AL41 (+25%), donde mucho tiene que ver la compresión de los spreads de legislación.
Por su parte, el tramo corto experimentó subas de hasta 15% en legislación local, y en el orden del 11% para la extranjera.
Y el Merval, que sigue el panel de las acciones líderes, saltó hasta un 40% en plena euforia.
QUÉ HARÁ EL GOBIERNO CON EL DÓLAR
La perspectiva es que, en vista de la oferta que se espera de divisa extranjera en las próximas ruedas, la posición que tome el Gobierno sobre si detener o no la caída en el dólar “marcará la cancha”, al mismo tiempo que una eventual reaparición de demanda privada con el fin de capturar ganancias también influirá.
La observación para las próximas ruedas que hizo Damián Vlassich, Team Leader de Estrategia de Inversión de IOL Inversiones, se resume en que los puntos claves a monitorear serán la apreciación del peso (y la postura del Gobierno en cuanto a esto), señales de agrupación política de cara la búsqueda de una mayoría en el Congreso a partir de diciembre y eventuales anuncios de recompra de deuda vía crédito privado.
Por el lado del mercado en moneda local, añade, la dinámica de la tasa dependerá de la velocidad con la que el Banco Central decida experimentar el proceso de baja de tasas (algo que el mercado ahora descuenta aún en mayor cuantía).
De no aparecer el BCRA como abastecedor de pesos, es probable que la falta de liquidez contenga la compresión de las tasas en los próximos días.
“De cara a fin de año esperamos una normalización en las tasas reales en torno a un dígito alto (7-8%)”, ponderó.
La licitación del próximo miércoles va a setear expectativas en cuanto al apetito del mercado por alargar duration, una vez pasada la incertidumbre electoral y con un panorama positivo hacia adelante.
VUELTA DE CAMPAÑA
Apenas un par de días antes, la expectativa era exactamente la opuesta y si se hubiera concretado con la derrota del oficialismo, ahora se estaría hablando de una pérdida del 30% en los activos locales de corto plazo.
Hubo casos en que algunos inversores, que fueron a contramano de la corriente pesimista, compraron los títulos soberanos en dólares y papeles privados.
Al haber subido más de 25%, como sucedió, muchos de los que hicieron una diferencia semejante en tan pocos días hoy dieron la orden de venta, la embolsaron “y se fueron de vacaciones”.
Los que miran de afuera confirmaron que, al ser la volatilidad la naturaleza de esos activos, “mejor no meterse ni aunque el viento sople a favor, como ahora”, según el feeling que recogen los intermediarios.
Creen que en cuanto transcurran algunas ruedas se vaya delineando mejor el panorama. Nada más que al cierre de la explosiva mañana de hoy, el dólar rebotó de la picada que lo llevó inicialmente cerca de los $ 1.300 y cerró a casi $ 1.450.
“Es una timba infernal”, había declarado en plena “patria financiera”, hace 45 años, un preclaro analista de la economía y la definición retumba cada tanto como un latiguillo.
Para separar la paja del trigo, los expertos rescatan que el factor riesgo de que no se pueda pagar la deuda quedó desactivado, porque el préstamo del Tesoro de EEUU asegura que puedan cubrirse los vencimientos venideros, lo cual se reflejó en el alza de los bonos AL 29 y 30, cuyos cupones son los que más compromisos acumulan en los próximos dos años.
Argentina ya se encuentra alineado con un riesgo crediticio promedio CCC+, y rumbo a curvas promedio B-.
“Con bonos al 9%, el país podría recuperar acceso a los mercados en 2026”, reflexionó Vlassich.
De modo que el cese de la compra de dólares de las reservas constituye un indicador que será seguido cada día por los analistas del riesgo-país, hoy en franco descenso en busca de recalar en los 1.000 puntos, que determina la inserción de Argentina en los mercados de capitales.
Si el Banco Central pudiera continuar adquiriendo US$ 100 mil diarios, de inmediato el monitoreo del mercado incorporará la instancia siguiente: la sustentabilidad económica del plan, para la que se aguardan señales, medidas y cambios que a nadie le consta que la Casa Rosada esté dispuesta a ejecutar.
Claro que el seguimiento que viene haciendo el Fondo Monetario Internacional, al que ahora se agregó el Tesoro de EEUU, otorga ciertas seguridades de se respetarán las metas.
MALOS AUGURIOS PARA 2026
El propio FMI recalculó el comportamiento de la economía argentina para el año que viene y la perspectiva que brindó es que el crecimiento y la inflación quedarán muy lejos de las previsiones iniciales.
Con lo que surge la duda inevitable: ¿podrá el Gobierno seguir sosteniendo el dólar sin crecimiento económico, ni de los salarios que pongan en marcha el consumo general mientras se acumulan reservas?
Antes de elucidarla, juega a favor que aun se considera bajo el nivel de la deuda y, de no mediar incertidumbres, como las preelectorales, habría quien preste.
De hecho, la semana pasada un banquero top internacional estuvo en Argentina y se mostró interesado en el negocio de la recompra de carteras de bonos.
Pero la impresión de los economistas es que no queda combustible para dar el salto a partir del resultado electoral, sino que se requieren señales más concretas, como ver qué siguen haciendo, si bajan las tasas de pesos a niveles insostenibles y si el balance cambiario permite al Banco Central incrementar su nivel de reservas.
Este reajuste de la coyuntura, junto a una recomposición del poder que dé forma al resultado de las elecciones, abriría una ventana de oportunidad para los dos años venideros.
La tensión social llega extremada por los despidos y cierres de empresas y su contención dependerá de negociaciones políticas con la oposición, como la CGT, que se encuentra en condiciones de activarla o moderarla.
Aunque el panorama haya cambiado radicalmente en menos de una semana, para que las promesas de US$ 32 mil millones en inversiones por RIGI tomen forma concreta y redunden en crecimiento con mejores sueldos, la reconfiguración del poder, incluida la presencia activa de EEUU, marcarán el paso de un 2026 que se presenta desafiante.
Un dato no menor es que entre la paliza que le propinó el kirchnerismo en la Provincia hace dos meses y la reversión total del inesperado resultado en la elección nacional medió el apoyo personal y financiero de Donald Trump.






