Dos autoras argentinas presentan nuevas obras que ponen el foco en el deseo, la lectura y la fuerza transformadora de la escritura. Leila Sucari llega con ¿Se dice así? (Tusquets Editores), una novela que explora el erotismo como territorio salvaje y la palabra como único lugar habitable. Juana Libedinsky, en tanto, publica Queremos tanto a Jane (Seix Barral), un homenaje festivo a Jane Austen y a la comunidad global de lectores que mantiene viva su obra.
En ¿Se dice así?, Sucari narra la historia de una mujer que huye de la rutina y de las responsabilidades, impulsada por la adrenalina del encuentro erótico. Entre trenes, hoteles y correos febriles, atraviesa ciudades, idiomas y cuerpos para descubrir que el deseo siempre es exceso: nunca alcanza, jamás se sacia. Con una prosa poética y confesional, la autora —ganadora del Premio María Elena Walsh–Sara Facio— vuelve a indagar en el vínculo entre deseo y escritura, entre lo íntimo y lo inefable.
“No existe principio ni final. El tiempo se superpone, se abre, se pliega. El tiempo es un amante promiscuo. Si escribo ahora es para que esto no se termine, para seguir en él. Si escribo ahora es porque no me quiero olvidar. Tampoco quiero volver al tra- 11 bajo. Ni llevar a mis hijos a sus partidos de fútbol los domingos a la mañana disfrazada de mami deportiva. Mucho menos lavar los platos acumulados del fin de semana. La vida doméstica es un espanto. Si escribo, es porque no puedo tocarte. Porque me aburre todo lo demás, porque al final él tenía razón: lo único que me importa es coger”.
Por su parte, Queremos tanto a Jane de Juana Libedinsky se publica a 250 años del nacimiento de Jane Austen y propone un recorrido por el universo contemporáneo de sus admiradores, los llamados “Janeites”.
Desde Londres, Bath y Chawton hasta Nueva York y Buenos Aires, Libedinsky traza una cartografía sentimental que combina crónica, humor y erudición. La autora examina la vigencia de Austen y el fenómeno cultural que despiertan sus novelas, sus personajes y su particular mirada sobre las mujeres y la sociedad.
Con estilos muy distintos, Sucari y Libedinsky coinciden en una búsqueda común: poner el cuerpo y la palabra en el centro de la experiencia literaria. Dos libros que, desde el deseo o desde la lectura apasionada, celebran la imaginación, el lenguaje y la persistencia del amor por los libros.






