La grave crisis de inundaciones que azota a Bragado desde marzo desencadenó una fuerte crítica a las autoridades municipales, a quienes la productora agropecuaria Paulina Bordeu acusó de inacción durante tres años de sequía, un período ideal para la realización de obras.
Bordeu denunció que, pese a abonar tasas viales millonarias por mes, no se concretaron las infraestructuras necesarias para mitigar la situación que hoy mantiene a diversas familias y campos aislados. La falta de respuesta adecuada llevó a los productores a enviar una carta documento al municipio, evaluando incluso la rebelión fiscal como medida de presión.
El núcleo del problema es el agua estancada que ha destruido los caminos rurales, impidiendo la entrada y salida de las propiedades. La situación representa un peligro sanitario y económico, impactando directamente en la ganadería.
En diálogo con Radio Rivadavia, Bordeu describió la crudeza de la coyuntura: “Tenemos nuestros animales que en este momento la están pasando. Se empieza a notar lo que es el agua estancada y esta semana empezaron a morirse algunos animales”. Según la productora, el exceso hídrico levanta “un montón de bacterias y de cosas que va trayendo aguas arriba”, afectando a las vacas que “son muy sensibles y no te da tiempo a atajar”.
En el plano agrícola, el panorama no es mejor. “En mi casa no se pudo sembrar absolutamente nada, nada, nada en todo el año,” afirmó Bordeu, quien explicó que el camino a su propiedad, a solo 12 kilómetros de la ciudad, es “totalmente un río, un río”. Para acceder, deben dar una vuelta de 50 kilómetros. Esta interrupción de la producción ganadera y agrícola, enfatizó Bordeu, genera una “enorme pérdida económica” y social para el país.
TASA VIAL SIN CONTRAPRESTACIÓN Y EL GESTO DEL INTENDENTE
La productora puso el foco en la desproporción entre los altos costos que afrontan y los servicios recibidos. Para un campo de 500 hectáreas, Bordeu estima que el pago de tasa vial ronda “entre 5 y 7 millones de pesos por mes”. Además, denunció un reciente aumento del 25% en la tasa, pese a la emergencia. “El hombre de campo quiere salir adelante,” aseveró, detallando la burocracia que exige tener la red vial al día para poder sacar la producción, bloqueando automáticamente las cuentas a quienes no cumplen.
La “desesperación” de los productores, que escaló con la amenaza de rebelión fiscal, motivó la primera reacción visible del jefe comunal tras meses de crisis. “El intendente salió por primera vez en un helicóptero y lo anunció a recorrer la zona,” sostuvo Bordeu, resaltando que esto ocurrió después de que el plazo de 72 horas de la carta documento se venciera.
LA CLAVE DEL CIRCUITO HÍDRICO Y LA FALTA DE PLANIFICACIÓN
Según Bordeu, la solución a la problemática es de índole estructural y requiere una planificación que atienda el circuito hídrico de la región. El agua ingresa a Bragado desde 9 de Julio y queda estancada porque el terraplén de las vías impide que siga su curso hacia Mechita, además de la retención que genera una laguna cercana a la ciudad. “Mientras todo eso no se no se arregle y no se permita que el circuito siga su camino, Bragado va a seguir siendo siempre una gran olla que recibe agua y queda queda estancada”, explicó.
La falta de obras tiene consecuencias humanas directas, especialmente para los trabajadores que residen en la ciudad y deben recorrer hasta 50 kilómetros diarios en caminos peligrosos. “Hay mucha gente que no es escuchada y la está pasando mal y tiene el agua cerca de la puerta de su casa,” concluyó Bordeu, resaltando que la defensa de su actividad no es egoísta, sino un reclamo por “hechos” y por el futuro productivo del país.






