Buenos Aires, 15 de noviembre (NA).- La gastronomía ha dejado de ser un acto meramente gustativo para transformarse en una experiencia total, y Frenessì es el estandarte de esta revolución en el corazón de Puerto Madero.
Ubicado en la sofisticada zona de diques, específicamente en Juana Manso 1860, este restaurante no ofrece una cena, sino un viaje multisensorial que fusiona la alta cocina de autor con la tecnología de vanguardia y una narrativa épica y del cual Noticias Argentinas tuvo la oportunidad de ser parte.
Frenessì opera bajo un concepto de “cápsula de inmersión”. Los comensales son recibidos en un ambiente speakeasy y luego guiados a una sala futurista. Allí, una única mesa central con capacidad para un número reducido de personas (en esta ocasión solo 13 comensales) se convierte en el epicentro de un espectáculo 360°. Las paredes, actuando como lienzos inmaculados, cobran vida a través de proyecciones, sonidos envolventes, aromas sutiles y cambios de temperatura controlada.
LA COCINA TECNOEMOCIONAL: UN VIAJE SIN CARTA
La propuesta de Frenessì se articula en torno a la “cocina tecnoemocional”, un concepto que busca despertar los cinco sentidos y desafiar los límites de la realidad. A lo largo de casi tres horas, los asistentes son transportados a una secuencia de hasta doce mundos diferentes: desde el frío glacial de la Patagonia argentina hasta el calor húmedo de una selva amazónica (como en su sede original en Bogotá, Colombia), pasando por el fondo del mar, el espacio exterior o villas de cuento de hadas.
El menú es un menú degustación de autor (a menudo de entre nueve y doce pasos), cuidadosamente maridado con cócteles y vinos selectos. No existe una carta; la sorpresa es parte intrínseca de la experiencia. Los platos, diseñados por chefs que combinan técnicas de alta cocina con ingredientes locales, buscan resaltar el sabor umami y son verdaderas obras de arte comestible, cada uno sincronizado con el paisaje virtual que lo acompaña. Se ha reportado la inclusión de elementos audaces, como esferas de lichi con agua de mar o atún de aleta amarilla servido con proyecciones de entornos marinos.
LA VOZ DE LA EXPERIENCIA: EMOCIÓN Y ASOMBRO
Quienes han vivido el frenesí de Frenessì destacan consistentemente la inmersión y la narrativa como pilares de la velada. “Más allá de la exquisitez de los sabores, es como protagonizar tu propia película”, comentó una comensal citada en reportes de la experiencia. Otro asistente resaltó: “La atención y la ambientación cuidada contribuyen a una velada memorable. Es un destino imperdible para quienes buscan propuestas culinarias que trascienden lo ordinario.”
La figura del maestro de ceremonias es central, guiando a los huéspedes a través de cada transición escénica y culinaria, lo que subraya el carácter teatral y único del lugar. La experiencia es de alta exclusividad y, por lo general, requiere reserva previa, siendo un destino predilecto para celebraciones y encuentros especiales, dado el elevado costo que conlleva esta travesía sensorial.
Frenessì no solo sirve comida; transforma la mesa en un escenario de asombro y conecta al comensal con un futuro donde la tecnología y el gusto se fusionan para contar una historia épica.
Sam Sánchez Lamas, Manager General y Director Operativo de Frenessi, explicó a Noticias Argentinas que “la idea nació cuando Jairo Palacios Ospina, fundador del grupo detrás de Frenessí, se planteó hace varios años cuál sería el futuro de la gastronomía, y consideró que la combinación de alta cocina con tecnologías inmersivas (realidad virtual, mapping, sonido envolvente) podría crear algo radicalmente nuevo”.
“En su desarrollo, se conformó un equipo interdisciplinario que iba más allá de chefs: involucró ingenieros, diseñadores, creativos, especialistas en sonido e iluminación, para diseñar una “cápsula de inmersión gastronómica” donde los comensales viven un recorrido multisensorial (aromas, temperaturas, proyección, vibración) además de degustar platos”, apuntó.
Explicó que “si bien no nos basamos en ningún modelo que ya exista, Frenessi surge del paradigma de “experiencia” gastronómica-artística que fusiona gastronomía de autor, tecnología inmersiva, ambiente teatral y movimiento entre ambientes/sensaciones. La idea de trasladar al comensal no solo al plato, sino a distintos mundos o latitudes (por ejemplo Patagonia, selva, fondo del mar, espacio) parte de la premisa de que la experiencia de comer cambia con el contexto, y que si se recrea ese contexto con tecnología se incrementa la emoción de la comida”.
“Entonces, si bien no nos inspiramos en otras ideas, si lo hacemos en elementos de restauración experiencial, inmersiva y de diseño de sensaciones, pero adaptados y llevados a un nuevo nivel de ambición”, concluyó. #AgenciaNA






