Buenos Aires, 16 noviembre (NA)– El economista Ricardo Arriazu se refirió al régimen de bandas cambiarias, en donde el gobierno de Javier Milei dispuso la flotación del dólar, y volvío a remarcar la necesidad de que la administración libertaria acumule reservas.
Según supo la Agencia Noticias Argentinas con información de Clarín, el economista manifestó su postura con respecto a la flotación de dólar y la acumulación de reservas del Banco Central (BCRA). En la última semana, el ministro de Economía Luis Caputo reafirmó el sistema de bandas.
Arriazu, que es uno de los profesionales más respetados por Milei, sostuvo que el hecho de acumular reservas y poseer un tipo de cambio que flota significa una “flotación sucia”, en donde la intervención “debe impedir que el peso se aprecie y que, por lo contrario, el objetivo debería ser que el tipo de cambio se deprecie”.
Arriazu explicó que la propuesta es “un poco más sofisticada” ya que “implica una meta de compra diarias de divisas, con total indiferencia sobre la posible evolución del tipo de cambio”.
Y argumentó: “Ante la pregunta de quién compraría las divisas, la respuesta es: o el Tesoro -lo que tranquilizaría a los mercados asegurando el pago de la deuda-, dejando de lado que de ese modo se elevarían las reservas brutas, pero no las netas; o el propio Banco Central emitiendo dinero”.
En ese sentido, indicó que bajo esos argumentos la acumulación de reservas se daría a través de la cuenta corriente (saldos favorables en la balanza comercial y en otras cuentas de servicios) porque “la devaluación mejoraría la competitividad externa del país, elevando la tasa de crecimiento y las exportaciones de bienes y servicios, al mismo tiempo que bajarían las importaciones”.
Y resaltó un estudio del think tank Bruegel, en donde muestra que Argentina y 178 países más “muestran que todo aumento rápido del tipo de cambio real baja inicialmente el nivel de actividad económica, reduce las importaciones, pero no eleva rápidamente las exportaciones”.
“Sin embargo, estas experiencias son siempre ignoradas”, advirtió.
El economista analizó la acumulación de reservas mediante saldos favorables en la cuenta corriente de la balanza de pagos con la experiencia de Latinoamérica y el Caribe durante el período 1980-2024.
Arriazu detalla que todos los países de ese grupo acumularon saldos negativos equivalentes a US$2,47 billones, con sólo cinco años de “pequeños saldos positivos” (2003-2007), y un déficit conjunto máximo de US$198 mil millones en 2014.
Solamente dos países registraron resultados positivos: Venezuela (US$222 mil millones) y Trinidad y Tobago (US$67 mil millones); el mayor déficit lo obtuvo Brasil, con US$1,18 billones, mientras que Argentina registró un déficit acumulado de US$196 mil millones.
“Argentina necesita acumular reservas, pero no lo va a hacer por la cuenta corriente (aunque los planetas se están alineando a nuestro favor) sino por la cuenta capital, cuando se restaure la confianza y el gobierno pueda volver a los mercados voluntarios de crédito”.
Sin embargo, Arriazu remarcó que las “lluvias oportunas” permitirían pronosticar cosechas récord de trigo y cebada, y a su vez “buenas perspectivas” para las de maíz, soja y girasol. Esto, según el economista, “elevaría el valor de la cosecha en más de US$5 mil millones, y más si se toma en cuenta las subas recientes”.
En el sector energético pronosticó un saldo favorable de US$4 mil millones en 2026 y US$7 mil millones en 2027, permitiendo “mejorar la balanza comercial, aun con incrementos significativos de las importaciones”.
Sobre el final, aseveró que para restaurar la confianza se necesitan restaurar los equilibiros macroeconómicos y, a su vez, que “los que apuesten en contra del peso alguna vez pierdan, para evitar nuevas corridas en 2026 y 2027”.
Y puntualizó sobre la ayuda financiera de Estados Unidos: “Es muy importante al respecto (dinero para solucionar un problema de liquidez, no para gastar), pero aun más importante es no equivocarse en el manejo de las variables económicas. Esperemos que así sea”. #AgenciaNA






