Buenos Aires, 22 noviembre (NA) — Tras la muerte de Miguel Ángel Berlini (64) luego de un implante dental, la Clínica Robles de Belgrano quedó bajo investigación judicial, con dos médicos detenidos. La pesquisa se centra en el procedimiento y en la seguridad de la institución, que en su propia publicidad prometía una alta tasa de éxito y quirófanos de última generación.
Según supo la Agencia Noticias Argentinas, la clínica promocionaba abiertamente sus instalaciones como sinónimo de confianza, lo que contrasta con la denuncia de la familia Berlini sobre las irregularidades en la operación.
LA PROMESA DE SEGURIDAD VS. LA DENUNCIA DE LA FAMILIA
La Clínica Robles, fundada en 1983, utilizaba los siguientes ejes de marketing en su catálogo de servicios:
* Seguridad: Promocionaba “dos quirófanos montados con la aparatología específica para brindar seguridad en cada intervención”.
* Monitoreo: Aseguraba contar con “habitaciones cómodas (…) dotadas con monitoreo, oxígeno y aspiración”.
* Éxito: Publicaba estadísticas propias que señalaban “98% de pacientes conformes” y más de 800 clientes anuales.
En medio de la investigación por la muerte de Berlini, quien perdió la conciencia tras ser sedado, su hermana Alejandra Berlini denunció que la promesa de seguridad falló en un punto esencial: no había anestesista presente. La mujer afirmó que su hermano pagó por el servicio, pero que el propio cirujano fue quien lo habría sedado con una pastilla sublingual.
La Clínica Robles también promocionaba un amplio catálogo de servicios que incluía complejas cirugías estéticas (aumento de mamas, liposucción) y tecnología de “visualización 3D”, lo que subraya la gravedad de la presunta negligencia en un procedimiento de rutina como un implante dental.
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