Buenos Aires, 22 noviembre (NA) — La autopsia de la preceptora Soledad Machuca, de 35 años, asesinada en febrero pasado en su domicilio de Posadas, concluyó que murió por asfixia mecánica y, según las pericias, fue ahorcada con su propio brazo, un dato clave que refuerza la hipótesis de un crimen planificado y no un accidente doméstico.
Según supo la Agencia Noticias Argentinas, en base a lo informado por medios locales, el informe forense determinó que la víctima sufrió una compresión cervical “desde atrás”, por lo que utilizó su brazo como punto de apoyo.
En tanto, la abogada querellante, Nancy Jara, calificó al mecanismo de muerte como “extremadamente violento”, aseguró que el análisis fue “absolutamente exhaustivo” y manifestó que el dictamen fue decisivo para que el juez autorice la cremación del cuerpo, al tiempo en que su equipo legal considera que el caso está “prácticamente esclarecido”.
Hasta el momento, el principal acusado es el esposo de Machuca, Gustavo Cardozo, quien se encuentra con prisión preventiva desde septiembre, asimismo, está imputada la madre del hombre, Teresa Correa, por presunta participación en maniobras posteriores al crimen.
Jara indicó anteriormente que sólo resta ampliar la indagatoria y algunos estudios pendientes para cerrar la instrucción y elevar la causa a juicio, aunque se opone a una reconstrucción presencial de los hechos en la casa donde ocurrió el crimen.
La letrada consideró que el procedimiento mencionado, sería “innecesario y revictimizante” para el entorno, especialmente considerando los resultados del luminol, que habrían mostrado una escena de extrema violencia.
Anteriormente se conoció que se detectaron rastros de sangre en la habitación matrimonial mediante pruebas de luminol, lo que respalda la versión de que hubo limpieza posterior al crimen. #AgenciaNA






