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Escarabajos de Sudamérica se alimentaron de carroña millones de años antes de lo que se creía

Buenos Aires, 26 noviembre (NA) – La historia evolutiva de los escarabajos de la subfamilia Scarabaeinae, conocidos popularmente como “escarabajos peloteros”, fue reescrita a partir de una investigación del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (MACNBR).

El estudio, publicado en la revista Palaeontology, al cual accedió la Agencia Noticias Argentinas, reveló que en algunos de estos insectos la transición de la alimentación basada en excremento o estiércol (coprofagia) hacia el consumo de cadáveres en descomposición o carroña (necrofagia) ocurrió decenas de millones de años antes de lo que se pensaba, derribando una hipótesis ampliamente aceptada sobre la evolución de su alimentación.

La hipótesis previa sostenía que la transición de esos escarabajos hacia la necrofagia se debió a la escasez de estiércol de herbívoros durante la extinción masiva de la megafauna del Pleistoceno Tardío (unos 129 mil años atrás).

“Nuestro trabajo, basado en la evidencia fósil hallada en Argentina, Chile, Uruguay y Ecuador, refuta esta hipótesis, ya que las trazas fósiles analizadas revelan que algunas especies de la subfamilia Scarabaeinae ya se alimentaban de cadáveres hace más de 37 millones de años (Eoceno medio-tardío)”, detalló Liliana F. Cantil, primera autora del trabajo.

Desde el CONICET explican que la aparición de los pastizales en la Patagonia hace unos 45 millones de años proporcionó las condiciones adecuadas para el asentamiento de grandes herbívoros. “Los escarabajos de la subfamilia Scarabaeinae utilizaban la bosta que les proveían los grandes herbívoros y con el tiempo ocurrió un aumento tan importante en la diversidad y abundancia de especies coprófagas que terminó derivando en una competencia intensa por los recursos, lo que llevó a lo que se conoce como desplazamiento de nicho ecológico”, explica Cantil quien es doctora en Biología. Y agregó que “para esa época aparecen los registros más antiguos de la necrofagia, lo que indica que algunas de las especies presentes en ese período pasaron de utilizar bosta a utilizar carroña, cambiando su hábito alimenticio”.

BOLAS DE CRÍAS FÓSILES DE ESCARABAJOS DE SUDAMÉRICA

El equipo de investigación del MACNBR-CONICET analizó más de 5 mil Coprinisphaera, es decir, bolas de cría fósiles de escarabajos de la subfamilia Scarabaeinae que hallaron en paleosuelos de distintas formaciones de Argentina: Tafí del Valle (Tucumán), Cerro Azul (La Pampa), Punta San Andrés (Buenos Aires), La Pava y Sarmiento (Chubut) y Pinturas (Santa Cruz), y también de Uruguay, Chile y Ecuador.

“Básicamente, una bola de cría es una porción esférica de alimento (bosta o carroña) que contiene un huevo, recubierta por una pared de material de suelo, construida por los adultos para proteger y asegurar un desarrollo exitoso de su descendencia. Cuando la larva eclosiona consume el alimento depositado por sus progenitores, que le proporciona los nutrientes necesarios para desarrollarse hasta la etapa adulta”, explica Cantil.

Lo que Cantil y colegas hicieron fue refinar la atribución de Coprinisphaera, diferenciando las bolas de cría fósiles construidas por productores coprófagos de aquellas de productores necrófagos. “Para esto primero estudiamos en el campo el comportamiento de nidificación de los escarabajos Scarabaeinae coprófagos y necrófagos actuales, y encontramos caracteres morfológicos que permitieron esta distinción”, indica la investigadora del CONICET.

La investigación, recientemente publicada, constituye una contribución clave al estudio de la evolución de los escarabajos de la subfamilia Scarabaeinae al reformular el origen de la necrofagia como una innovación adaptativa temprana. “A través del análisis detallado de miles de trazas fósiles y de los paleosuelos asociados, pudimos reconstruir los cambios ecológicos y adaptativos que experimentaron estos insectos a lo largo de millones de años, revelando cómo respondieron a variaciones climáticas, competencia por recursos y transformaciones en los ecosistemas. Este enfoque permite entender no sólo cuándo surgieron ciertos comportamientos, sino también por qué fueron evolutivamente exitosos”, destaca Cantil.

Asimismo, la investigadora explicó: “Los escarabajos de la subfamilia Scarabaeinae incluyen más de seis mil especies. Actualmente están presentes en la mayoría de los ecosistemas terrestres y presentan una complejidad morfológica, ecológica y comportamental fascinante. Su flexibilidad evolutiva, mostrada en nuestra investigación a través de evidencia fósil, explica por qué hoy siguen ocupando roles fundamentales en los ecosistemas, actuando como ingenieros ambientales al contribuir con el reciclaje de nutrientes y la aireación del suelo”. #AgenciaNA