Buenos Airese, 28 noviembre (NA) El partido de General Alvarado, con cabecera en Miramar, atraviesa un clima de alta tensión política y social. Una sesión del Concejo Deliberante en la que debía tratarse la ordenanza fiscal e impositiva fue realizada con el edificio rodeado por un fuerte operativo policial y terminó suspendida, en medio de protestas de vecinos y entidades rurales que reclaman respuestas frente a la ola de inseguridad.
Según supo la Agencia Noticias Argentinas, durante la última semana, frentistas y comerciantes se movilizaron con cacerolas y pancartas, ocuparon las gradas del recinto y pidieron la interpelación del intendente Sebastián Ianantuony, además de la declaración de la emergencia en seguridad. Plantean que el delito creció y que el municipio no logra articular un esquema eficaz con la Provincia.
En paralelo, la gestión local mantuvo reuniones con autoridades de seguridad bonaerenses para solicitar más recursos policiales y móviles que permitan reforzar la presencia en Miramar y en las localidades del distrito. Mientras tanto, la oposición capitaliza el malestar por la inseguridad y la presión impositiva y exige cambios en la estrategia oficial.
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