Buenos Aires, 5 diciembre (NA) – Desde ayer y durante el fin de semana largo, los calores exteriores de 35° o más, no sólo harán sudar la gota gorda, sino que pondrán en riesgo la comida que se guarda en la heladera.
Habrá que prepararse porque se espera un jueves y un viernes sofocantes; el sábado comenzaría a bajar un poco la temperatura, hasta el lunes, cuando hay posibilidad de que llueva
Como la heladera trabaja al límite y necesita mayor tiempo de compresión, podría no enfriar lo suficiente, según lo relevado por la Agencia Noticias Argentinas.
Y cualquier pequeño fallo (abrir mucho la puerta, falla del motor, corte de luz, mala ventilación) puede hacer que algunos alimentos se deterioren en forma acelerada.
Pero además, un corte de luz de 1–2 horas puede elevar la temperatura interna a niveles peligrosos.
Cualquiera sabe que no debe abrirse la puerta innecesariamente, bajar la temperatura al nivel más frío, dejar espacio alrededor para ventilación y poner una botella de agua congelada en los estantes altos, a fin de estabilizar la temperatura.
NO SON TIEMPOS PARA DESPERDICIAR COMIDA
Pero así y todo, los alimentos guardados se pueden echar a perder.
Máxime si hay cortes de luz frecuentes, en cuyo caso es conveniente usar conservadora con hielo para lácteos y carnes.
A continuación una guía clara de qué alimentos se echan a perder primero y cómo reconocerlo:
* Lácteos: son muy sensibles incluso a variaciones pequeñas de temperatura. Se estropean si la heladera sube por encima de los 7 °C.
* Leche, Yogures, Crema / crema de leche, Quesos blandos (cremoso, ricotta, mozzarella). Las señales del deterioro son: olor ácido, separación de fases, envase hinchado, sabor amargo.
* Carnes crudas: necesitan estar por debajo de 4 °C. Carne vacuna, Pollo, Cerdo, Pescados (los primeros en descomponerse). Señales: olor fuerte, textura pegajosa o viscosa, cambio de color.
* Pescados y mariscos. Los más delicados de todos.
Incluso dentro de una heladera funcionando, duran muy poco. Señales: olor demasiado fuerte, ojos opacos (si es entero), textura blanda o viscosa.
* Comidas ya hechas, cuando la temperatura interna de la heladera sube, las bacterias se reactivan: Guisos, Pastas cocidas, Arroz (especialmente riesgoso por Bacillus cereus).
* Salsas, Pollo cocido. Señales: burbujeo leve, olor ácido o “fermentado”, cambio de textura.
* Huevos y mayonesas caseras. El huevo es seguro solo si está siempre por debajo de 7 °C. La mayonesa casera es muy riesgosa.
* Embutidos y fiambres: Jamón, Queso feteado, Mortadela, Salame tipo milán (mejor resistencia, pero no invulnerable). Señales: borde seco, olor ácido, coloración gris.
* Verduras de hoja. No es que se vuelvan peligrosas, pero se deterioran muy rápido: Lechuga, Espinaca, Rúcula, Acelga se ponen “babosas”, con bordes negros y olor desagradable.
RECOMENDACIONES CLAVE
1- Verificar la temperatura de la heladera: asegurarse de que se mantenga en 4 °C (40 °F) o menos, y el congelador a -18 °C (0 °F) o menos.
2- No dejar los alimentos perecederos a temperatura ambiente: El tiempo máximo recomendado se reduce significativamente con el calor, a menudo a menos de dos horas.
3- Almacenamiento hermético: Guardar los alimentos en recipientes herméticos para ayudar a mantener su calidad y prevenir la contaminación cruzada.
4- Consumo rápido: Consumir las sobras y productos perecederos lo antes posible, incluso si están refrigerados, durante una ola de calor.
Al estar siempre encendidos la heladera y el freezer., las empresas de electricidad señalan que están entre los electrodomésticos que más consumen.
Hay, de todas formas, varios tips que conviene recordar: no introducir en la heladera alimentos calientes; abrir las puertas la menor cantidad de veces posible; ajustar el termostato para que el aparato no enfríe de más; limpiar al menos una vez al año la parte trasera; mantener instalada la heladera lejos de fuentes de calor.






