Buenos Aires, 10 de diciembre de 2025 (NA) – Se baja el telón del año legislativo con una magra performance, la peor de la última década: 22 sesiones, de las cuales 11 fueron especiales, 11 leyes sancionadas, 20 emplazamientos a comisión, 7 vetos del Poder Ejecutivo y 5 DNU rechazados.
Falta de consensos y uso intensivo de herramientas de control por parte de la oposición caracterizaron el opaco período, donde el oficialismo no tuvo el peso suficiente ni la capacidad de negociación para imponer agenda, evaluó la agencia Noticias Argentinas del balance legislativo realizado por DL.
El hecho de que de 22 sesiones 11 fueran especiales evidencia las dificultades de las fuerzas políticas para acordar temas a tratar.
Otra característica que tuvo el año fue que también lo marcó un uso inédito de los emplazamientos a comisión.
Se pasó de un máximo de tres en períodos anteriores a 20 en 2025, una señal de que la oposición buscó forzar el tratamiento de proyectos frente a un oficialismo que evitaba habilitar debates.
LAS LEYES SANCIONADAS
Entre las leyes sancionadas se encuentran tres acuerdos internacionales (pendientes de la presidencia de Alberto Fernández) y ocho iniciativas impulsadas por la oposición:
* la declaración de emergencia en Bahía Blanca,
* dos aumentos para jubilaciones,
* la Emergencia en Discapacidad,
* la modificación a los aportes del Tesoro de la Nación a las provincias,
* el financiamiento de universidades nacionales, la Emergencia en Salud Pediátrica y la Ley Nicolás.
No hubo proyectos del oficialismo convertidos en ley.
De las 11 leyes aprobadas, siete fueron vetadas por el Poder Ejecutivo.
En tres de esos casos el Congreso insistió y revirtió los vetos.
En esta dinámica, el Palacio Legislativo operó como un territorio opositor, con un uso intensivo de herramientas legislativas para sostener su agenda y limitar al oficialismo.
La tensión entre ambos poderes también se expresó en el control de los decretos de necesidad y urgencia: en 2025 se rechazaron cinco DNU sobre un total de 33.
La estrategia legislativa del oficialismo estuvo condicionada por su debilidad numérica.
EL DESAFÍO DE CONSTRUIR ALIANZAS
Sin embargo, la nueva composición del Congreso tras las elecciones de octubre abre un panorama más favorable para el Gobierno, que podría pasar de una lógica defensiva a una más propositiva si logra construir las alianzas necesarias.
La Libertad Avanza tuvo representación muy minoritaria, y a los aliados con los que ganó el balotaje en 2023, por distintas razones, no logró emblocarlos circunstancialmente.
Ese fue el reclamo que le hacían a Javier Milei interlocutores internacionales, como el FMI y luego el Gobierno de Donald Trump, por trabar las reformas estructurales que ordenarían el país según los lineamientos acordados.
El nuevo Parlamento que surgió de la elección de medio término tiene una composición que abrirá nuevas vías de diálogo dentro del Congreso.
El panorama de los hemiciclos muestra que el bloque oficialista sumó un total de 64 bancas en la Cámara de Diputados, consolidándose como segunda minoría.
Junto al PRO y otros espacios, podría contar con un bloque de hasta 93 escaños, que le aseguran el control de más de un tercio del Congreso, el número necesario para sostener vetos presidenciales.
La oposición liderada por Fuerza Patria obtuvo el 30,02% de los votos y mantuvo 45 de las 46 bancas en juego.
Provincias Unidas, un armado provincial que buscó constituirse como tercera vía, alcanzó un 5,8% de los votos y 7 bancas, mientras que el Frente de Izquierda contará con 4 bancas.
En el Senado, donde estuvieron en juego 8 provincias, La Libertad Avanza se impuso en 6, aumentando su representación de 6 a 19 senadores.
La oposición, encabezada por Fuerza Patria, logró quedarse con 22 bancas, mientras que otras fuerzas provinciales obtuvieron 4 escaños.
Ningún bloque alcanzó la mayoría propia de 37 bancas, por lo que el diálogo con terceros espacios y gobernadores será clave para la gobernabilidad.
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