Buenos Aires, 18 diciembre (NA) – El Gobierno río primero con la aprobación del Presupuesto en general pero la oposición se desquitó al derribar un capítulo entero del proyecto, que incluía el famoso artículo 75 que derogaba de las leyes de financiamiento universitario y discapacidad.
Por lo inesperado del desenlace, que le valió un festejo de guerra en el recinto, fue la oposición la que se quedó con las mejores sensaciones, mientras que el oficialismo, abrumado, se hundió en un mar de tribulaciones y deposita su única esperanza en reponer la parte suprimida en el Senado.
El Gobierno movió cielo y tierra para blindar el capítulo, y hasta último momento el ministro de Interior, Diego Santilli, aparcó su trineo en el Congreso para repartir regalos navideños a los gobernadores serviciales, en forma de ATN, lo que para la oposición real fue visto como una “extorsión”.
El oficialismo pecó de ambición desmedida y amateurismo político al concentrar muchas de las medidas de ahorro fiscal en un solo capítulo.
Además de la derogación de las leyes de discapacidad y universidades, insertó en el mismo paquete la restricción de la zona fría de usuarios de gas, que le quitará subsidios a algunas regiones con climas hostiles.
También incluyó allí la quita de la automaticidad en las actualizaciones de prestaciones de ANSES como las asignaciones familiares, AUH y Asignación por Embarazo, para darle discrecionalidad a los aumentos.
Como anzuelo para que algunos diputados votaran este tipo de medidas impopulares incorporó en el mismo capítulo la coparticipación a la Ciudad de Buenos Aires.
Creyó que con los votos del PRO (muy susceptible a las finanzas porteñas) alcanzaría, pero le estaba pidiendo demasiado a otros aliados “más caros”, como los gobernadores, que no se iban a inmolar así porque sí.
Hasta la bonaerense radical Karina Banfi, una habitual subordinada al Gobierno, se echó atrás cuando la pusieron en el brete de darle la espalda a discapacitados y universidades.
“Nadie es libertario gratis”, se mofó un diputado nacional de Unión por la Patria en diálogo con la Agencia Noticias Argentinas.
En realidad el problema no fue tanto de billetera esta vez, sino de confección del articulado: poner tantas reformas en un solo capítulo era un arma de doble filo porque le impedía a los diputados poder diversificar su voto, avalando algunas medidas y rechazando otras.
En el dilema de tener que pronunciarse “por sí o por no”, como sintetizara en el último debate presidencial Sergio Massa, muchos diputados eligieron el “no”.
“Lo del Gobierno es muy de principiante. Es increíble que le sigan pasando estas cosas. Ya les había pasado con la Ley Bases. Negocian poco y mal, y son malos en la estrategia”, señaló la fuente consultada de Unión por la Patria.
La votación a las 3 de la madrugada de los lugares para la Auditoría General de la Nación, entre gallos y medianoche, para que la población no se diera cuenta de los acuerdos corporativos de pura “casta”, fue la prueba más fehaciente de que el Gobierno debía pagar favores a cambio de los apoyos al Presupuesto.
Detrás de las cortinas del recinto, esperando la orden para entrar a jurar como diputada nacional, se encontraba la salteña Pamela Calletti, ex diputada nacional de Innovación Federal, citada después de la medianoche para finiquitar el reparto de cargos.
La torpeza del Gobierno fue tal que ni siquiera se cercioró de que todos los votos del gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, fueran para donde debían ir.
Pablo Outes y Yolanda Vega votaron con el oficialismo para blindar el artículo 75, pero Bernardo Biella votó con la oposición.
A pesar de ello, Calletti juró como nueva auditora general y cobrará un sueldo millonario que duplica lo que percibía como legisladora nacional hasta hace días, cuando culminó su mandato en el Congreso.
Entre los gobernadores, al Gobierno le respondieron positivamente los de Misiones y San Juan, y también el radical Alfredo Cornejo de Mendoza, pero los tres diputados catamarqueños de Raúl Jalil le votaron en contra, al igual que los tucumanos de Osvaldo Jaldo y la diputada neuquina Karina Maureira que reporta a Rolando Figueroa.
Como si fuera poco, el diputado correntino de la UCR Diógenes González, alineado al gobernador Gustavo Valdés, votó con la oposición, mientras que dos radicales chaqueños de Leandro Zdero se abstuvieron (Gerardo Cipolini y Darío Schneider) y solo uno, Guillermo Agüero, apoyó al oficialismo.
Por el MID, Oscar Zago y Eduardo Falcone votaron a favor del presupuesto en general, pero después se ausentaron en la votación del capítulo 11.
Lo mismo hizo Álvaro González del PRO, mientras que Banfi apoýó el Presupuesto en general y después anotó su voto en contra del capítulo que derogaba las normas de universidades y discapacidad.
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