Buenos Aires, 23 diciembre (NA) — El futbolista Mauro Icardi continúa inscripto en el Registro Público de Alimentantes Morosos (RPAM) de la Ciudad de Buenos Aires, más allá de que trascendió que habría abonado parte de las cuotas alimentarias adeudadas. Según establece la normativa vigente, la inscripción solo se revierte cuando el juzgado interviniente ordena expresamente la baja, una vez cancelada la deuda en su totalidad.
El caso, de alto perfil mediático, vuelve a poner en agenda una regla poco conocida pero que alcanza a miles de personas: pagar la cuota alimentaria adeudada no implica automáticamente salir del Registro, según supo la Agencia Noticias Argentinas.
Para dejar de figurar, el alimentante —o su abogado— debe solicitar la baja mediante un trámite judicial y administrativo que incluye, además, el pago de un costo actual de $251.970. Hasta que ese proceso no se completa, el nombre permanece visible en el RPAM, con todas las consecuencias legales y prácticas que ello conlleva.
La permanencia de Icardi en el Registro se da en un contexto de mayor control estatal. Desde marzo pasado, la Ciudad de Buenos Aires intensificó los operativos para detectar deudores alimentarios morosos en estadios de fútbol y recitales, una medida incorporada tras la reforma del régimen aprobada por la Legislatura porteña. En casi 100 operativos realizados por los ministerios de Justicia y Seguridad, se detectaron 75 personas inscriptas: 39 en canchas de fútbol y 34 en espectáculos culturales masivos.
El endurecimiento de los controles forma parte de una política pública más amplia orientada a garantizar el derecho alimentario y desalentar el incumplimiento. En ese marco, la Ciudad ya firmó convenios con 14 provincias para coordinar acciones, intercambiar información y evitar que los deudores utilicen el cambio de jurisdicción como mecanismo para eludir responsabilidades.
El caso Icardi expone una realidad estructural: el derecho alimentario no se agota en el pago eventual de una deuda, sino en el cumplimiento efectivo y sostenido de una obligación legal. Salir del Registro no es automático, sino un paso más dentro de un sistema diseñado para que el incumplimiento no quede sin consecuencias. Actualmente, más de 11.000 personas figuran inscriptas en el RPAM, según datos oficiales.
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