En el marco del controvertido proceso que busca esclarecer las circunstancias alrededor de la muerte del ícono del fútbol, Diego Maradona, una figura ha llamado la atención más allá del propio caso: la jueza Julieta Makintach. Sin embargo, no por sus decisiones o su labor judicial, sino por las polémicas estrategias y comportamientos que parecen distanciarse de la solemnidad que requiere una instancia judicial de tal magnitud.
Fuentes cercanas al proceso han revelado que la jueza contrató personal especializado en medios audiovisuales para grabar partes del juicio en secreto. Lo que inicialmente podría parecer una simple estrategia de documentación, se ha convertido en un escándalo cuando se conocieron detalles sobre el contenido de esas grabaciones. En las imágenes filtradas se la muestra en situaciones que rompen con la imagen tradicional de una autoridad judicial: con vestimenta poco convencionales, alejada de la imagen clásica de una jueza, se la vió luciendo por momentos más seductora y provocativa, con el fin de captar la atención de futuros televidentes y generar impacto mediático.
En una de esas grabaciones, la jueza aparece hablando ante la cámara, arrugando la nariz en una expresión tipificada en el Sistema de Comunicación de Acción Facial conocida como UA9. Solemos usarla ante el asco o rechazo aunque también es común cuando las mujeres conversan con niños y cuando desean seducir o coquetear con desconocidos. La actitud, lejos de proyectar autoridad, transmite un aire de complicidad y manipulación emocional, intentando construir un vínculo más cercano con la audiencia. Además, en ciertos momentos, se observa un toque sutil en su cabello, como una muestra de tensión no disimulada, en un contexto tan delicado y mediático.
Finalmente se la ve en varias tomas, cuyo foco se centra en la simnologia semiótica femenina tales como zapatos con taco, cintura, escote. Es claro que al supuesto documental se le intentó imprimir una imagen de “mujer fatal” a la jueza. En sus caminatas ensayadas, se la nota caminando como una modelo de pasarela.
Este comportamiento ha generado una ola de críticas en sectores que consideran que la figura de la jueza debería mantener una postura más sobria y respetuosa, acorde con la gravedad del asunto. La percepción pública se ha visto alterada por estas acciones, que parecen apuntar a una estrategia de protagonismo y seducción más que a la imparcialidad y seriedad que un juicio de esta naturaleza demanda.
Mientras la investigación avanza, la figura de la jueza se ha convertido en un símbolo de la controversia que rodea a un caso que tiene en vilo a la opinión pública.
En resumen, la jueza realizó un despliegue de gestos y posturas que la colocan en el centro de atención para quien observa. Las imágenes centrales del formato del trailer, si le quitan el sonido, sin mas apropiadas para una intro de Only Fans que para un trailer de un documental judicial.
Mas allá de las palabras, las imagenes son claras en el mensaje y como siempre decimos en nuestro laboratorio, nuestro cuerpo no sabe mentir.
