Buenos Aires, 28 diciembre (NA) — China y países de América Latina avanzaron en el fortalecimiento de la cooperación científica y tecnológica en la industria de semillas, con el objetivo de afianzar la seguridad alimentaria y promover una innovación agrícola sostenible, durante el II Foro de Innovación Alimentaria Sostenible China–América Latina, realizado en la ciudad china de Sanya, en la provincia de Hainan.
El encuentro reunió a especialistas agrícolas de China y de distintos países latinoamericanos, quienes debatieron sobre recursos de germoplasma, nuevas tecnologías de mejoramiento genético, adaptación al cambio climático y aplicaciones industriales vinculadas a la producción de semillas. En ese marco, el Laboratorio de la Bahía de Yazhou firmó memorandos de entendimiento con instituciones nacionales de investigación agrícola de Colombia, Perú, Ecuador y Chile, supo la Agencia Noticias Argentinas.
Tras el foro, el científico jefe del laboratorio y director del Centro de Innovación Alimentaria Sostenible China–América Latina, Tian Zhixi, mantuvo reuniones de trabajo con los socios regionales para definir proyectos concretos de investigación, formación de recursos humanos y transferencia de resultados al sector productivo.
América Latina cuenta con abundantes recursos de germoplasma de soja tropical y subtropical, lo que genera una complementariedad estratégica con China en términos de abastecimiento, intercambio científico y cooperación tecnológica. “Ya hemos iniciado investigaciones conjuntas con la participación activa de instituciones y empresas, y el próximo paso es perfeccionar los mecanismos de cooperación para avanzar en proyectos integrales”, explicó Tian.
Desde la creación del Centro de Innovación Alimentaria Sostenible China–América Latina, en 2024, se firmaron 11 memorandos de entendimiento y se establecieron centros alternos en Brasil, Argentina y Uruguay. El plan prevé la instalación de más de diez sedes satélite en la región, con el fin de consolidar una red de cooperación a gran escala.
Especialistas latinoamericanos destacaron el impacto de esta articulación. “La semilla es el punto de partida de la producción agrícola; sin buenas semillas no hay altos rendimientos”, señaló Solange María Bonaldo, profesora de la Universidad Federal de Mato Grosso, en Brasil, al remarcar la necesidad de desarrollar variedades adaptadas al cambio climático. En tanto, el investigador uruguayo Santiago Signorelli subrayó que la cooperación con China permitirá aprovechar tecnologías avanzadas como la transcriptómica y la proteómica para mejorar la eficiencia científica.
La cooperación en semillas entre China y América Latina tiene una trayectoria de décadas. El Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), con sede en Colombia, colabora desde hace más de 40 años con la Academia de Ciencias Agrícolas Tropicales de China (CATAS), con más de 30 proyectos conjuntos, la introducción de más de 2.000 recursos de germoplasma en China y la formación de decenas de especialistas.
En Uruguay, el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y socios chinos desarrollaron laboratorios conjuntos para la mejora genética de la soja, con resultados que ya comenzaron a aplicarse a nivel productivo. Uno de los hitos fue la creación del Laboratorio Conjunto China–Uruguay para la Investigación e Innovación de la Soja, que identificó líneas con alto contenido de aceite y proteína, algunas de las cuales ya cuentan con autorización de siembra.
Según los organizadores, el establecimiento de nuevas plataformas de cooperación permitirá responder a necesidades específicas de cada país. Mientras Brasil demanda avances en edición genética, Ecuador busca soluciones frente a enfermedades del banano, áreas en las que China aporta capacidades técnicas clave. El objetivo común, coincidieron los participantes, es consolidar una agricultura más resiliente, productiva y sostenible.
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