Buenos Aires, 28 diciembre (NA) – El tablero diplomático para poner fin a la guerra en Ucrania atraviesa horas críticas. Mientras la nieve cubre la Plaza Roja, los despachos oficiales en Moscú emiten señales mixtas: la cercanía de un acuerdo histórico se ve empañada por diferencias estructurales que el Kremlin ya califica como “significativas”.
El viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Ryabkov, lanzó una advertencia clara durante una intervención televisiva: el plan de resolución que sostiene el gobierno de Volodymyr Zelensky difiere drásticamente de la hoja de ruta en la que vienen trabajando Moscú y Washington.
EL HITO DEL 25 DE DICIEMBRE
Según Ryabkov, el pasado miércoles 25 de diciembre marcó un punto de inflexión en las negociaciones. “Ese día quedará en nuestra memoria como un hito donde realmente nos acercamos a una solución”, afirmó el diplomático.
Sin embargo, advirtió que el “impulso final” para sellar la paz no depende de Rusia, sino de la “voluntad política” de la contraparte ucraniana, supo la Agencia Noticias Argentinas.
El funcionario ruso criticó además la imposición de plazos externos, haciendo alusión a las declaraciones de Matthew Whitaker (representante de EE.UU. ante la OTAN), quien sugirió una resolución en un margen de 90 días. Para el Kremlin, estos cronogramas son contraproducentes y no contribuyen a una paz estable.
LA CONTRAPROPUESTA DE ZELENSKY: ¿PLEBISCITO EN PUERTA?
Desde la otra vereda, el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky introdujo una variable que podría cambiar el curso del conflicto: la participación ciudadana directa. En declaraciones recientes, el mandatario supeditó cualquier avance a un alto el fuego de al menos 60 días.
Los puntos clave de la postura de Kiev incluyen:
* Referéndum nacional: Zelensky está dispuesto a someter un plan de paz de 20 puntos a votación popular, especialmente si el acuerdo exige decisiones “muy difíciles” en materia territorial.
* Estrategia territorial: El líder ucraniano mantiene su intención de negociar una mejor posición geográfica antes de firmar cualquier cese definitivo.
* Denuncia de sabotaje: Mientras Rusia acusa a la Unión Europea de intentar boicotear el diálogo, Kiev busca garantías de seguridad que excedan el mero silencio de las armas.
UN ESCENARIO DE MÁXIMA TENSIÓN
La distancia entre los borradores de Moscú, Washington y Kiev sugiere que, aunque el diálogo está abierto, el consenso es frágil. Mientras el eje ruso-estadounidense parece avanzar en ciertos términos técnicos, la insistencia de Kiev en consultar a su población y mejorar sus posiciones territoriales añade una capa de complejidad que estira los tiempos de la diplomacia.
El mundo observa con atención si el “hito” del 25 de diciembre se convierte en el cimiento de un tratado o en una oportunidad perdida entre acusaciones de sabotaje y desacuerdos estratégicos. #AgenciaNA






