Buenos Aires, 29 diciembre (NA) – Con la llegada del verano, el cuidado de la piel se vuelve un tema central para las personas de todas las edades, pero especialmente en mayores de 60 años, ya que a esa edad la piel es más fina, sensible y vulnerable a los efectos de la radiación solar.
El paso del tiempo reduce la capacidad natural de la piel para defenderse del sol, aumentando el riesgo de quemaduras, manchas, envejecimiento prematuro y enfermedades cutáneas que pueden tener consecuencias graves. Según supo la Agencia Noticias Argentinas, la exposición solar acumulada a lo largo de la vida también influye y muchas lesiones pueden aparecer años después, por lo que la prevención sigue siendo clave incluso en la adultez mayor.
En tal sentido, durante el verano las altas temperaturas y la mayor cantidad de horas de sol intensifican los riesgos, y por eso adoptar hábitos de protección diaria es una medida de salud fundamental.
El uso correcto del protector solar es uno de los pilares del cuidado, ya que no se trata solo de aplicarlo en la playa, sino también en actividades cotidianas como caminar, ir a hacer compras o estar al aire libre.
Además del daño visible, el sol puede generar lesiones internas en la piel que no siempre se detectan a simple vista. Por eso, la prevención constante es tan importante como el control médico.
La ropa y los accesorios cumplen un rol clave como barrera física frente a la radiación. Sombreros, anteojos y prendas adecuadas ayudan a reducir la exposición directa.
Cuidar la piel después de los 60 no implica dejar de disfrutar del verano, sino hacerlo de manera consciente, priorizando la salud y el bienestar a largo plazo.
RECOMENDACIONES CLAVE PARA PROTEGER LA PIEL DEL SOL DESPUÉS DE LOS 60 AÑOS
* Usar protector solar todos los días.
* Aplicar el protector cada dos horas si hay exposición al aire libre.
* Evitar el sol directo entre las 10 y las 16 horas.
* Utilizar sombreros y anteojos con filtro UV.
* Elegir ropa clara y liviana que cubra brazos y piernas.
* Mantener una correcta hidratación durante todo el día.
* Prestar atención a manchas, lunares o cambios en la piel.
* Consultar al dermatólogo de manera periódica.
El cuidado de la piel en personas mayores es una inversión en salud que no requiere medidas complejas, ya que estas medidas simples, sostenidas en el tiempo, son las que hacen la diferencia para poder disfrutar del verano y reducir significativamente los riesgos del sol, evitando daños que pueden ser irreversibles. #AgenciaNA.






