Buenos Aires, 31 diciembre (NA) — La Fundación Tejido Urbano presentó un informe sobre la captación de la Plusvalía Urbana en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el que advierte una serie de tensiones entre el diseño normativo original del Fondo de Desarrollo Urbano Sostenible (FODUS) y su implementación efectiva en los últimos años.
El FODUS fue creado como una herramienta para captar parte del incremento del valor del suelo generado por decisiones urbanísticas del Estado y destinar esos recursos a proyectos de desarrollo urbano con impacto social, integración territorial y acceso equitativo al espacio público.
Sin embargo, según el informe, distintos cambios normativos y decisiones administrativas habrían debilitado su función redistributiva, supo la Agencia Noticias Argentinas.
Entre las principales conclusiones, el estudio señala una erosión de la capacidad recaudatoria del fondo, producto de la reducción del Valor de Incidencia establecida en la Ley Tarifaria 2025, sumada a la aprobación de convenios urbanísticos y exenciones otorgadas durante 2023. Esta combinación, sostiene la fundación, alteró de manera sustancial la posibilidad del FODUS de captar recursos de manera sostenida.
El informe también advierte un “abaratamiento” de la plusvalía urbana medida en dólares, como consecuencia del desacople entre el valor oficial de la incidencia y los precios reales del mercado inmobiliario. Esta situación, indican los autores, debilita el rol del fondo como instrumento de redistribución y lo subordina a decisiones administrativas, en lugar de reflejar la dinámica efectiva del desarrollo urbano.
Otro de los puntos críticos es la desviación del espíritu original del FODUS. Según la Fundación Tejido Urbano, el fondo estaría funcionando como una fuente complementaria para financiar gasto público habitual y obras rutinarias, en lugar de consolidarse como un instrumento adicional para políticas urbanas transformadoras, orientadas a corregir desigualdades estructurales.
En cuanto al destino de los recursos, el informe distingue entre proyectos considerados alineados con los objetivos del fondo —como el Camino de Sirga o la Plaza Villa Santa Rita, vinculados a la integración urbana y al acceso equitativo al espacio público— y otras intervenciones que generan cuestionamientos. Entre estas últimas se mencionan obras en los nuevos edificios del Parque Olímpico o el Bulevar de los Corrales, que, según el análisis, parecen consolidar infraestructuras ya previstas en presupuestos ordinarios, sin un impacto claro en áreas históricamente postergadas.
Finalmente, el documento plantea una crisis de sostenibilidad y legitimidad del FODUS. La reducción de la base de cálculo compromete su financiamiento futuro, mientras que la selección de proyectos con bajo impacto social pone en discusión su legitimidad política. El desafío, advierte la fundación, es evitar que la renta urbana se diluya en el mantenimiento de obras previamente planificadas, en detrimento de políticas orientadas a reducir las desigualdades territoriales.
Para graficar la situación, el informe compara al FODUS con un “tanque de reserva” diseñado para regar las zonas más secas de un jardín: si el agua se utiliza para llenar una piscina ya planificada o se pierde por filtraciones, las áreas que realmente necesitan ese recurso terminan quedando desatendidas. #AgenciaNA






